El martes de la semana pasada ha sido un día grande para Castelló porque por fin, tras casi veinte años sin Plan General de Ordenación Urbana, este ha sido finalmente ha sido aprobado. Este momento que tendría que haber sido de alegría para todos los grupos del ayuntamiento, quedó totalmente deslucido porque el PP y Ciudadanos decidieron transformar el Pleno en una «charlotá», al pegar la espantada y dejarse a los vecinos y a los medios de comunicación con tres palmos de narices al no poder escuchar porqué se oponían al mismo.

La «tocata y fuga» de los 12 concejales de la oposición era la salida fácil para obtener una foto al levantarse con el cartelito que decía «no al Plan General del Pacte del Grau», al tiempo que arrancaron los aplausos de algunos vecinos de la Marjaleria i del grupo Crèmor que están en contra del PGOU. Los concejales de la oposición se han olvidado de que los ciudadanos que les votaron lo hicieron para que den la cara, especialmente en un tema que se ha hecho inaplazable como es el dotar de planeamiento urbanístico a una ciudad que lo tiene anulado desde 2008, por culpa de algunos de los que huyeron del pleno escudándose en el cartelito.

Al PP, después de la pasada debacle electoral, ya no debía quedarle ningún tipo de ganas de entrar en un debate del que, con toda seguridad, iba a salir trasquilado. Era evidente, que en el mismo habría salido a relucir su ineptitud en materia urbanística en Castelló. Por lo que sorprende que la candidata a la Alcaldía por el PP de Castelló, todavía haya tenido la osadía de hacer declaraciones diciendo que los integrantes del Pacte del Grau han aprobado en solitario a tres semanas de las elecciones municipales un documento que marcará el urbanismo de los próximos 20 años.

Si tiramos de hemeroteca, se puede comprobar cómo la historia del actual PGOU, tiene su origen precisamente en las prisas del PP por aprobar el Plan del 2000 antes de las elecciones municipales de mayo de 1999. Pero como el PP tiene una doble vara de medir, según que las cosas las hagan ellos o los otros partidos, ese detalle parece no tener importancia. Así ha sucedido con lo de «que gobierne el partido más votado», que solo vale cuando el más votado son ellos, pero no si la más votada es Susana Díaz. De tampoco pasa nada si en Andalucía se ha constituido lo que ellos denominaban «un gobierno de perdedores»?Volviendo al PGOU del 2000, el PP no hizo el más mínimo caso de las 7.500 alegaciones presentadas por los vecinos y las contestaron de una sola tacada. Aquel PGOU, de infausta memoria, fue el que permitió uno de los mayores abusos urbanísticos de la historia de Castelló al reclasificar 12.000 m2 del Pinar del Grau que pasaron a ser suelo urbano. También fue sonado que en ese Plan no hubiera ni una sola reserva para Viviendas de Protección Oficial. También fue chocante que en ese PGOU las rotondas se computaran como zonas verdes. Finalmente, se cambió la clasificación del suelo de la Marjalería de urbano a urbanizable en un momento de la tramitación en la que ya no se podían presentar alegaciones. Ese PGOU aprobado con nocturnidad y alevosía y sin dejar alegar a los vecinos de la Marjalería fue anulado por el Tribunal Supremo en 2008. El PP hizo caso omiso de esta sentencia, hasta el punto de que incluso llegó a vender la burra de que el Plan no había sido anulado. De modo que en una segunda sentencia, el Tribunal Supremo, volvió a tirar de las orejas al ayuntamiento Popular de Castelló para que ejecutase el mandato de la primera sentencia y el plan volviera a someterse a un nuevo trámite de información pública. Mientras tanto, otras sentencias anulaban el PAI Mestrets. De modo que durante, tanto tiempo perdido por el PP de Castelló, en «sostenella y no enmendalla», se produjeron cambios legislativos de tanto calado en materia urbanística autonómica que el PGOU ya no podía soportar esa operación de chapa y pintura que quería darle el ayuntamiento Popular. De modo que desde 2008, Castelló ha estado sin contar un marco jurídico que permitiera su desarrollo urbanístico y, por consiguiente, las inversiones inmobiliarias a partir de ese año se han ido a otros lugares.

De modo que ahora, once años después de la anulación del PGOU del PP, no es de recibo que la Sra. Carrasco, tenga el valor de decir que ese plan todavía tendría que haber esperado a que se celebrasen las elecciones municipales. Máxime, cuando después del varapalo electoral que sufrieron los populares el pasado domingo, es bastante improbable que recuperen la alcaldía de Castelló que casi con toda seguridad quedará otra vez en manos de Amparo Marco.

En el caso de Ciudadanos, no entendemos, como ha dejado de pasar de largo la oportunidad de afearle a su ahora principal oponente político, el PP, su fracaso en materia urbanística de las dos últimas décadas. Sin olvidar, que tendrían que haber explicado en el debate del Pleno porqué motivos se oponían al PGOU. De ese modo han dejado lugar a la duda, puesto que tal vez no se quedaron porque no tenían argumentos sólidos para oponerse al mismo.

En todo caso, la semana pasada quedo plasmado un nuevo modelo urbanístico para nuestra ciudad, en el que, en palabras de la Alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, el interés público ha primado sobre el privado. En el que se ha planteado un equilibrio entre el territorio y los recursos. En esencia se ha abogado por un urbanismo sostenible, consciente y colectivo que marca la diferencia con el anulado PGOU del 2000.