Siempre estamos comunicando, queramos o no; comunicamos nuestros gestos, nuestros silencios y nuestras necesidades. Comunicamos para nuestros clientes, para su reputación, para nuestra reputación, para conseguir ventas e influencia. Comunicamos.

La comunicación ocupa, o eso pretendemos desde Dircom, un espacio importante e influyente dentro de la sociedad y todo su valor es difícil de medir y definir por pertenecer al mundo de los intangibles.

Valores cuantitativos y, sobre todo, cualitativos, puesto que la mejor comunicación se fija con la emoción.

Comunicar elementos que articulan grandes masas de reputación y que no compiten con nadie, sino que elevan y generan riqueza general y positiva es algo que deberíamos explorar más.

Hablo del Puerto de València, no solo porque mis oficinas se encuentran cercanas, sino porque considero que sigue siendo desconocido para la sociedad valenciana, a pesar de la gran labor que realiza mi colega y socio de Dircom Vicent Palací como responsable de la comunicación de la entidad.

València le debe mucho a su puerto, no solo por la riqueza y la cantidad de empleo que genera, sino porque es una puerta que nos relaciona con el exterior. Todos los días estamos en conexión permanente con todo el mundo gracias a nuestro puerto y creo que no somos muy conscientes de ello.

El Presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, se fijó, como uno de los principales objetivos, integrar el puerto en la ciudad y la sociedad valenciana. Que pasaran cosas en el puerto más allá de su cotidianidad de logística y pasajeros. Que el puerto no solo fuera el principal motor de desarrollo económico sino el lugar ideal para reencontrarnos con nuestro pasado marinero, con nuestro espíritu de pescadores y con la brisa y olor a brea.

Tenemos el primer puerto del Mediterráneo en transporte de contenedores y no todo el mundo lo sabe. Me llena de orgullo y por eso lo comunico. Tenemos un puerto que está en los estándares más altos de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, y no todo el mundo lo sabe, por ello lo comunico. Tenemos la posibilidad de que nuestro puerto crezca con respeto y se integre más en la ciudad, mejorando las zonas cercanas y construyendo más empleo y riqueza, y por eso, es necesario comunicarlo. El puerto estaba y seguirá estando, de nosotros depende que tomemos conciencia colectiva y alentemos que crezca cada vez mejor y dejemos una herencia ejemplar, más allá de posiciones políticas o de intereses contrapuestos. Al fin y al cabo, el puerto importa y exporta para todos, por ello debe entrar en la zona intocable del interés general.