El juzgado de lo mercantil número 1 de Castelló ha aprobado la disolución de Refeyme, la empresa que gestiona el Recinte Firal desde 2008, al no poder cumplir el plan de viabilidad planificado para salir del concurso de acreedores. Una vez se confirme la liquidación la concesión desaparecerá y la gestión del lugar quedará en manos del ayuntamiento, que deberá decidir si convoca otro concurso o asume directamente las riendas. El consistorio no heredaría la deuda de 10 millones de euros al haberse extinguido la adjudicataria pero, según fuentes conocedoras de la operación, deudores relacionados con la inversión del inmueble podrían reclamar su parte.
Según el auto al que ha tenido acceso Levante de Castelló, el tribunal declara «la disolución de la entidad concursada y el cese de su administración social, que será sustituida por la administración concursal». Además, añade que se produce «el vencimiento anticipado de los créditos concursados aplazados y la conversión en dinero de aquellos que consistan en otras prestaciones». Al administrador le establece un plazo de dos meses para llevar a cabo la liquidación desde la aceptación de los textos definitivos del inventario y de la lista de acreedores. Al respecto, según el documento, deberá suprimir la relación de bienes y derechos que hubiesen salido del patrimonio, y corregir la relación de los existentes e incorporar los aparecidos a posteriori.
Luego habrá otros quince días para la presentación de posibles impugnaciones y de un plan de la relación de los bienes, a través de cuya liquidación se intentará subsanar parte de la deuda. En este caso tendrán preferencia los créditos privilegiados (entidad bancaria, Agencia Tributaria y ayuntamiento).
Según el juzgado, «la administración concursada procurará establecer en el plan de liquidación los sistemas de realización que, con pleno respeto a las normas legales, presenten menos inconvenientes de dilación temporal y ofrezcan mayores posibilidades de enajenación a los mejores precios. Fuentes de la firma señalan que al plazo inicial de dos meses se podrían agregar más prórrogas y que el proceso se podría dilatar hasta más allá del verano.
El fin de la concesionaria es la crónica de una muerte anunciada. El anterior gobierno del PP de Alberto Fabra promovió la construcción del Recinte Firal para trasladar al mismo el mercado del lunes, las ferias de atracciones de Magdalena y Todos los Santos y los eventos. Apostó por un sistema de gestión privada, por el que se formó para su concesión una mercantil ex profeso ( Refeyme), integrada por tres socios: Mercaplaya, la asociación de feriantes y GyC; el primero se encargaba del mercado del lunes, el segundo de las ferias y el tercero de los eventos.
En 2011, Refeyme entró en concurso de acreedores al no cumplir sus previsiones económicas, que se habían proyectado de acuerdo con la anterior situación de crecimiento económico. La deuda se situó en los más de 10 millones de euros, de los que 8,5 millones correspondían a una entidad bancaria, 200.000 a la Agencia Tributaria, 40.000 al ayuntamiento y 1,2 millones a diversos proveedores.
En septiembre, la mercantil pactó un plan de viabilidad con los acreedores ordinarios, que abarcaban 1,2 millones de euros, y que establecía una devolución de los pagos en diez años, una quita de un 50 % y la organización de otras iniciativas para reflotar el Recinte. Pero las negociaciones con la Agencia Tributaria no fructificaron y como consecuencia dos de las empresas de Refeyme -Mercaplaya y asociación de feriantes- presentaron en enero al jugado de lo mercantil la propuesta de liquidación. La Agencia Tributaria, además, embargó las cuentas de la empresa.
En enero, el ayuntamiento aseguró que «llegado el momento asumirá las responsabilidades administrativas, patrimoniales y de gestión que sean pertinentes, en especial sobre la continuidad del mercado del lunes y las ferias».
Estas dos actividades continuarán celebrándose con normalidad a la espera de que finalice la liquidación de la concesión y luego el consistorio decida sobre su gestión.
El ejecutivo local culpa a los antiguos gobernantes del PP del estado del Recinte Firal.
