David juega de lateral izquierdo y tiene un apellido de esos que pesan. David nació en febrero de 1999, cuando su padre Emilio apuraba su carrera deportiva en el CD Castellón. David se apellida Isierte: su padre es Emilio Isierte, el portero del último ascenso a Primera, el portero de la última etapa en la élite, el ídolo bajo palos de toda una generación de castellonenses. David, que milita en el filial del Castellón tras acabar su ciclo juvenil, asoma ahora en los entrenamientos del primer equipo, y esta semana puede trasladar informes de primera mano al entrenador Óscar Cano. No en vano, se formó durante tres temporadas en la Masia, en la residencia de la cantera del Barcelona, donde convivió con varios de los inminentes rivales del Castellón, que se jugará la permanencia el domingo en Castalia.

En la corta carrera de David Isierte ya se acumulan numerosas experiencias. «La mejor», dice, fue la de la Masia. «Para mí es el mejor sitio y la mejor cantera», remarca, «porque además ese estilo de juego de tener el balón es el que me gusta». Aparte de la cantera del Castellón, David también ha pasado por las inferiores de clubes como el Valencia y el Mallorca. Siempre con un ojo en Castalia: hace justo un año, ya de vuelta, vio el partido del ascenso desde la grada de Tribuna, junto a su padre. «Este domingo volveremos a estar los dos y esperemos que con el mismo final feliz», apunta.

Amigos

En Barcelona, donde estuvo el último año de infantil y los dos de cadete, David Isierte jugó con varios de los futbolistas que ahora alternan el filial y el primer equipo del Barcelona. «Jugué con muchos», explica, «con Oriol Busquets, Riki Puig, Abel Ruiz, Collado, Guillem...». Su mejor amigo allí, «compañero de habitación» en la Masia, era el portero Iñaki Peña, al que destaca junto al mediapunta Riki Puig. Ambos pueden perderse el partido de Castalia si los convocan con el primer equipo. Riki ya fue la semana pasada y en la portería será baja el titular Ter Stegen. «Venga quien venga al final», dice David, «tendrán la misma o casi la misma calidad, y aunque como equipo no se jueguen nada, nunca sabes si es mejor que no tengan presión y seguro que vendrán motivados, porque en el filial del Barça siempre hay cosas que demostrar».

Para el partido del domingo, Isierte, que como cadete subió alguna vez a entrenar con el juvenil de García Pimienta, actual técnico del Barça B, señala algunas claves. Las hay futbolísticas: «Querrán salir con el balón jugado y ahí se les puede apretar. Habrá que jugar con intensidad y rascar todo lo que se pueda». Otras son más ambientales: «No sé si jugar ante casi quince mil personas les puede afectar. Yo creo que no. A mí me motivaría, pero es importante que la afición ayude». David, con un pie en el vestuario y otro en la grada, es optimista: «Al equipo lo veo muy bien, está entrenando muy fuerte. El domingo habrá que estar todos unidos y con Castalia a reventar. Hay que ganar como sea porque la afición se lo merece».

Después habrá que pensar en el día siguiente. Le queda un año de contrato: «Mi idea es seguir».