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25 años y un día

«El Castelló del futur» es pasado

La exposición en la plaza Mayor sobre el planeamiento urbanístico de la ciudad se inauguró el 17 de mayo de 1989 y treinta años después lo recordamos

Peatonalización de la plaza Tetuán. LEVANTE-EMV

A mediados de 1988, un grupo de profesores del viejo Colegio Universitario y personalidades de la ciudad del mundo de la cultura firmaron el manifiesto que lucía un epígrafe bastante prometedor: El Castelló del futur. Entre las que singularidades que lo suscribieron destacaban el escritor José Luis Aguirre, la compositora Matilde Salvador y el pedagogo Enric Soler i Godes, entre otros notables que encabezaba Purificación Escribano, la directora del CUC. El lema era la continuación y la antítesis de otro anterior, El Castelló de la memòria, el heraldo de un exposición municipal dedicada a las glorias literarias de nuestro pasado y a aquella sociedad de sabuts y lletraferits, del Mos Quedem y Les Normes.

Así, la legislatura 87-91 se podría decir que transitó, entre el pasado plusquamperfecto y el futuro condicional, se transitó por el presente de subjuntivo que fue la legislatura del alcalde Daniel Gozalbo, el alcalde paréntesis que gobernó en coalición con los suaristas del CDS y el único edil nacionalista. Precisamente esta semana se han cumplido treinta años de la exposición Castelló, centre de futur, la muestra sobre el planeamiento urbanístico de la ciudad y, porqué no admitirlo, el canto del cisne del sueño progresista.

El manifiesto «futurista»

Pero, como ya hemos indicado, el origen de la exposición, que inauguraron los presidentes Joan Lerma y Jordi Pujol, hay que buscarla en el manifiesto de los intelectuales. El texto mecanografíado por el profesor Meseguer decía en su encabezamiento: «Castelló de la Plana ha estat definit tòpicament fent referència al caràcter ‘semenfotista’ del poble castellonenc i apel·lant també a la condició de ‘liberal’ dels sectors socials de la ciutat. Resulta evident que aquests tòpics, i d’altres no tant utilitzats, no poden en absolut definir ni justificar una ciutat de cent quaranta mil habitants a finals del segle XX».

Después, los firmantes enunciaban unas ideas a compartir: «Integració, participació, diversitat, creativitat, integració, projecció, institucionalitzaió». Y, respecto al urbanismo, hablaban de «el més terrible atemptat que, durant les darreres dècades ha sofrit Castelló».

De ese modo, con la intención de dar solución al caos implantado en la ciudad desde los años del desarrollismo, un año después del manifiesto, el ayuntamiento dio a conocer su propuesta, en la carpa de plaza Mayor.

El alcalde Gozalbo tenía dos años por delante para poner la primera piedra de aquel Castelló del futur y un segundo mandato que debía ser decisivo para su materialización definitiva. Del 89 al 91 llegó el Planetario y la Minerva Paranoica; del 91 en adelante, el futuro se llamó José Luis Gimeno.

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