No era más que un trámite, pero el partido de Getafe definió a las claras lo que ha sido la temporada del Villarreal. Aún con el atenuante de tener la salvación en el bolsillo, el equipo pecó de falta de concentración y cometió unos errores defensivos que le complicaron el partido. Pero también enseñó el orgullo y la capacidad de sufrimiento necesaria para no perder el partido. Cuando la derrota parecía un hecho, el equipo todavía tuvo tiempo y compromiso para igualar la contienda. El Getafe se quedó sin el premio de la Champions, aunque no fue por culpa del Villarreal. Pero los amarillos demostraron que no se hubiesen rendido fácilmente si la batalla hubiera sido más cruenta.

En el primer acto, el Getafe salió decidido a marcar y esperar favores. Necesitaban los madrileños ganar y que el Valencia no venciera ante el Valladolid para meterse en la próxima Champions League. Con toda su artillería en el campo, los locales arrancaron el duelo con la intención de arrinconar a los amarillos en el área de Andrés Fernández.

La verdad era que el submarino tampoco mostró demasiada resistencia al empuje del Getafe. A los cinco minutos, un saque de falta cercano al área permitió a Bruno rematar sobre la portería de Andrés. Su cabezazo se marchó demasiado alto.

Fue el aviso al tanto de Portillo. Era evidente la falta de tensión de la zaga amarilla, esa que tantas veces le ha pasado factura al equipo esta campaña. Así, en el minuto 13, montó una contra el Getafe en la que Jorge Molina apuró la línea de fondo. Su balón hacia atrás encontró a Portillo en el pico del área que, tras penetrar, batía a Andrés con un disparo algo trastabillado.

Los de Borladas, que veían como les sonreía el resultado en Zorrilla, anotaban de nuevo. La presión de Molina propició, en el minuto 22, el error de Álvaro y Andrés. El pase del delantero alcoyano a Hugo Duro lo convirtió en gol el canterano. Pero el VAR salió al rescate y decretó fuera de juego de Mata en el arranque de la jugada.

Perdonaba de nuevo 9 minutos más tarde el Getafe. Funes Mori revivió viejos fantasmas con un pase atrás sin sentido que atacó Hugo Duro. Molina prosiguió la jugada, que le cedió a Mata para que resolviese. Pero se quedó sin ángulo el atacante, que mandó su disparo al lateral de la red.

Pero entroncas llegó el sufrimiento y el desencanto para los madrileños. Anotaba el Valencia en Valladolid, y el Getafe se desplomaba casi al instante. Pudo escapar de la cueva el Villarreal, que encontraba a Pedraza con más facilidad. El andaluz, en el minuto 43, mordió a Damián y le robó el esférico. Tras el pase de Iborra, ensayó un lanzamiento que despejó a saque de esquina Soria. La pelota voló desde el córner para encontrar la cabeza de Iborra. Un error de marca le permitió rematar sin oposición e igualar la contienda.

Y casi se cerró el primer tiempo con ventaja para el Villarreal. Ya en el tiempo de descuento, un centro de Pedraza desde la izquierda lo cazó con la testa Raba. Su remate se marchó por poco por encima del travesaño.

Debieron llevarse una buena bronca los jugadores del Getafe en el vestuario. Un equipo de Bordalás nunca baja los brazos, aunque su objetivo se haya convertido en un imposible, y jamás dejará de golpear. Eso hizo el combinado madrileño que despertó el segundo tiempo con un lanzamiento de falta desde el semicírculo del área de Damián. Buscaba la escuadra derecha el disparo, pero Andrés Fernández se encargó de evitar el tanto.

El murciano alimentó su gran actuación deteniendo un disparo a bocajarro de Mata en el minuto 55. Lo de menos fue que la jugada estaba invalidada por fuera de juego, lo que quedaba es que Andrés estaba evitando la derrota.

La más destacada del guardameta del Villarreal se produjo en el minuto 72. Un centro de Molina desde la izquierda, al borde de la esquina, lo encontró Ángel en el segundo palo. El canario ya se preparaba para celebrar el tanto, cuando la rodilla de Andrés mantuvo el resultado igualado.

Pero el hechizo de Andrés se rompió en el minuto 76. Una pérdida de Trigueros, Ángel Rodríguez la convirtió un centro al área. Apareció Maksimovic para ejecutar un maravilloso remate de cabeza al que no pudo llegar Andrés Fernández.

Todos contentos. El partido parecía haber escrito sus líneas finales, a la espera de un plácido fin de temporada. Pero la relajación local la aprovechó el Villarreal para empatar. Un cabezazo de Iborra lo salvó milagrosamente Soria, en el minuto 87, pero apareció Gerard para meter la pelota en la portería. Con suspense, Estrada Fernández señaló que el esférico había superado la línea de gol.

Aún disparó una última bala el Getafe. Incapaces de rendirse sin victoria, un lanzamiento de falta de Samu Sáiz olió el gol, pero una vez más Andrés Fernández salvó

Cierre a una campaña en la que el Villarreal sonríe, pero por motivos inesperados. El sufrimiento por la salvación hace preguntarse que le ha pasado a una plantilla destinada a pelear por las alturas.