El pasado miércoles, cerca de 50 alumnos de tercer curso de Educación Infantil del colegio Vicent Artero disfrutaron de una exhibición de la Unidad Canina (UCAN) de la Policía Local de Castelló. Esta unidad se creó hace aproximadamente dos años con el objetivo de prevenir el consumo de estupefacientes en la capital de la Plana. «Operamos en plazas y calles en las que sabemos que hay consumo de drogas bien por denuncias de vecinos o por la misma Policía Local», afirmó el oficial jefe de la UCAN y guía canino, Jaime Belaire.
En los últimos años muchas unidades caninas se han creado en cuerpos como la Policía Nacional, Local o Guardia Civil en España. «El perro es un arma infalible e imprescindible porque tiene un olfato 600 veces más desarrollado que el ser humano. Nosotros podemos ir a una plaza y cuando las personas que están consumiendo te ven, tiran la droga o la esconden porque saben que no la vas a encontrar. Al perro saben que no lo van a poder engañar. Gracias a esto se están limpiando muchas plazas para que las disfrute la gente, porque es muy desagradable ya no tanto por el olor o por la gente consumiendo, sino por todos los problemas que acarrea como peleas o suciedad», explicó Jaime Belaire.
La Unidad Canina de Castelló cuenta en la actualidad con dos perros que no llegan a los tres años de edad: Luna, hembra de labrador comprada por el ayuntamiento y Wanda, otra hembra de pastor alemán de línea de trabajo adquirida por el propio Belaire y cedida a la unidad. «Están aún en proceso de aprendizaje porque son jóvenes, pero ya llevan seis meses trabajando en la calle con buenísimos resultados. El último fin de semana hicimos 30 actas de droga, que se suman a las 100 del último trimestre», añadió el oficial jefe.
Estas dos perras están entrenadas para detectar las drogas que se pueden encontrar en la capital de la Plana (marihuana, hachís, cocaína, heroína, cristal, anfetamina, metanfetamina y próximamente se les va a introducir el MDMA) en personas, vehículos y edificios. «Luna y Wanda tienen algo especial que es el marcaje pasivo. Los perros pueden marcar la droga de forma activa (instinto natural del perro rascando lo que busca) o de forma pasiva (el can se tumba o se sienta y acerca su hocico al foco de olor). Si a mí me llegan quejas de que mi perra les ha rascado la pierna o les ha destrozado el salpicadero del coche es un problema, por eso necesito que sea lo más delicada posible», aclaró Belaire.
La UCAN no solo se dedica a incautar drogas, ya que además de colaborar con el resto del servicio, realizan visitas a colegios, exhibiciones y ofrecen ponencias de drogadicción en institutos. «Este año llevaremos unos diez colegios. Pretendemos acercar la UCAN y la imagen de la Policía Local. Es bonito que los niños aprendan que la Policía es cercana y que está para ayudar. Además ellos se divierten y nosotros también», manifestó el oficial.
Cierto es que las visitas a los colegios desconciertan a estos perros porque no están acostumbrados a tanto juego. Por esta razón los agentes trabajan con ellos los días posteriores para quitarles los vicios que han podido coger. «El secreto está en que el perro busca por el premio y para que tú juegues con ellos. Cualquier olor que yo le premio él puede pensar que quiero que lo detecte, por eso el lunes después de toda la semana, limpio los vicios que ha podido coger desde el tabaco hasta el plástico de los envoltorios de cocaína para que vuelva a centrarse en los seis o siete que yo quiero que detecte», explicó Belaire.
Wanda y Luna viven con sus adiestradores y tienen los horarios muy marcados. «No son como el resto de perros que puedes tener en casa. Solo salen de su 'chenil' o transportín para hacer sus necesidades, entrenar, trabajar o tener unos minutos de esparcimiento. Les dedicamos muchas horas a lo largo de la semana porque esta es nuestra vocación, y es que hasta en casa continuamos con su formación», concluyó.
