Pablo Hernández, Ángel Dealbert y Vicente Montesinos quieren recuperar el control del CD Castellón. Con ese objetivo, los representantes de Capital Albinegre ha tanteado ya a José Miguel Garrido, cabeza visible de Orbit Access, accionista mayoritario de la sociedad anónima deportiva.
Desde que se consiguió el ascenso en junio de 2018, Garrido, que previamente se había convertido en accionista mayoritario con una ampliación de capital, ganó poder en el club, en especial en la parcela deportiva. Sus controvertidas decisiones de cara a la siguiente temporada pronto generaron tensiones internas. El paso de los meses y los malos resultados acentuaron el distanciamiento entre los nuevos inversores y la dirigencia castellonense, encabezada por el presidente Montesinos.
Dealbert, que colgó las botas tras el ascenso, aceptó en un principio trabajar como secretario técnico. Sin embargo, tras el mercado invernal, su presencia en Castalia fue menguante hasta que, junto a su socio Pablo Hernández, anunció mediante un comunicado que daba un paso a un lado «por desavenencias» en la planificación deportiva. También dejó de acudir a Castalia el vicepresidente Alfonso Hernández, padre y representante en el club de Pablo, todavía jugador del Leeds United.
Uno de los puntos de la discordia es la labor del director deportivo, Juan Guerrero, muy criticado por las formas y el fondo de la limpieza estival de la anterior plantilla. En los últimos tiempos se ha centrado en el filial y el juvenil, pero todavía ha llevado algunas tareas en el primer equipo, como en algunas renovaciones. Tampoco comulga con la actual manera de funcionar el entrenador Óscar Cano, que tras lograr la permanencia dejó claro que para continuar en el club las cosas deberían hacerse de otro modo, y tener más peso en la construcción de la plantilla. Unas palabras que colisionan con las declaraciones de Garrido en sus últimas entrevistas, en las que además de desautorizar a Montesinos y Dealbert en diferentes temas, aseguró que él mismo tomaría las riendas de la parcela deportiva. Cano, que tiene ofertas del extranjero, en principio está renovado para otras dos temporadas.
Incógnitas
También el domingo tras el partido, Montesinos eludió asegurar su continuidad como presidente. Emplazó a digerir la salvación primero. Evitó referirse al intento de recuperación de la mayoría accionarial, pero remarcó que tiene claro el Castellón que quiere, con él o sin él en la presidencia. Ese Castellón choca con el que está construyendo el grupo de Garrido. Todo apunta a que, en caso de no fructificar la negociación, Montesinos abandonará su actual cargo.
Hernández, Dealbert y Montesinos tomaron las riendas del Castellón en junio de 2017, relevando al ex presidente David Cruz. Su llegada generó una ola de ilusión que fructificó en el récord de abonados y el ascenso de categoría. Avanzada la temporada 2017-18, y por mediación del director general Jordi Bruixola, facilitaron la entrada en el consejo de José Miguel Garrido, con una ampliación de capital que sirvió para eliminar la deuda con Hacienda, y con la que Capital Albinegre perdió la mayoría accionarial del club. Esa que ahora pretenden recuperar para volver a tomar las decisiones en todos los ámbitos.
