La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, ha solicitado a la Gerencia Territorial del Catastro de Castelló una nueva bajada en el valor catastral de los inmuebles, que es el importe sobre el que se aplica el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

Esta demanda del Ayuntamiento supone la tercera revisión catastral consecutiva que pide para atenuar el impacto de la contribución urbana tras el incremento de valores catastrales que se aprobó en 2011.

El Ministerio de Economía deberá resolver la petición y determinar el porcentaje que se aplicará a la baja. La primera revisión de los valores catastrales rebajó un 9,1por ciento el precio de las viviendas e inmuebles sobre el que se calcula el IBI. En la segunda revisión, la bajada fue del 9,3% por ciento sobre los valores del año anterior.

En esta ocasión, el porcentaje de la nueva revisión lo tendrá que decidir el Catastro. Una vivienda de 100.000 eueros en 2017 se redujo hasta los 91.000 euros en 2018 y con el nuevo coeficiente para 2019, tiene un valor de 84.630 euros.

De forma paralela a la aplicación de esos nuevos valores catastrales, el Ayuntamiento ha rebajado también el coeficiente municipal que determina el importe final del IBI. Para el ejercicio 2015 se estableció en un 0,7875 %. En 2017 se bajó al 0,7475 % y en 2018, al 0,69 %.

La reducción de valores catastrales no solo afecta a aspectos como el IBI, también a impuestos de carácter nacional como el IRPF, plusvalías, transmisiones patrimoniales y sucesiones. Con esta medida, se compensará el efecto de la ponencia de valores catastrales que entró en vigor en 2012, en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria.