¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta la Vall de los próximos cuatro años?
Hay muchos retos por delante, pero nos queremos centrar en consolidar las políticas que hemos echado adelante en las áreas de cultura, educación y servicios sociales. Otro de los retos que queremos cumplir es centrar nuestros esfuerzos también en políticas relativas a cuestiones medioambientales
¿Con qué te quedas de la legislatura que acaba?
Una buena amiga me dijo una vez que esto iba a ser «como un máster de cuatro años» y así ha sido. He aprendido mucho y me he llevado grandes momentos y amigos. Trabajar en el área de servicios sociales me ha aportado un gran sentimiento de empatía con mis vecinos. Me llevo también el trabajo con niños, los cuales pueden aportar más de lo que muchas veces imaginamos a la política. Y puede que lo que más me ha satisfecho son las metas logradas en inclusión.
¿Con qué no te quedas?
No me quedo con los enfrentamientos personales. Pueden distanciarnos. Ciertas ideas te pueden poner «de mal cuerpo» pero eso no puede resultar en una falta de respeto. Aunque por suerte, este tipo de actuaciones se producen de manera puntual.
¿Cómo ves la Vall de aquí a 20 años?
Veo un municipio mayor, lo cual nos indica que hay muchos retos que hay que planificarlos a largo plazo. La pirámide demográfica indica que tendremos menos niños en el futuro, por lo que hay que planificar actuaciones para un futuro en que las ratios de los colegios descenderán y aumentarán las casas viejas que irán abandonándose. Por tanto hay que centrar muchos esfuerzos en políticas educativas y sociales.
