El italiano Dario Cataldo (Astana) triunfó al esprint por delante de Mattia Cattaneo (Androni) en la decimoquinta etapa del Giro de Italia, de 232 kilómetros, entre Ivrea y Como, en la que el ecuatoriano Richard Carapaz (Movistar) reforzó la «maglia» rosa de líder.

Cataldo arrebató el triunfo a Cattaneo tras una fuga de más de 200 kilómetros, en una etapa en la que Carapaz acabó quinto e incrementó a 47 segundos su ventaja en la general sobre el esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma), que cedió tiempo tras pinchar a unos veinte kilómetros de la meta y después se salió en una curva.

Carapaz, primer ecuatoriano en vestir la camiseta rosa en el Giro, suma además un minuto y 47 segundos de ventaja sobre el italiano Vincenzo Nibali (Bahrein), tercero, con el que fue protagonista de un gran ataque en la última subida al Civiglio.

Si el sábado fueron ocho los corredores que atacaron al comienzo de la etapa, ayer solo dos decidieron buscar la gloria, Cattaneo y Cataldo. Y su tremendo esfuerzo físico llegó a tener premio.

Compromiso

Con gran compromiso, la pareja de atacantes consiguió resistir y tras 220 kilómetros en la bicicleta, llegaron a la última subida, al Civiglio, con casi cuatro minutos de ventaja sobre un grupo en el que empezaban a llegar sorpresas. Tras intercambiar señales en la subida a la Colma de Sormano, con Nibali o el británico Simon Yates (Mitchelton Scott) que dieron unos ataques, el grupo vio cómo, a pocos cientos de metros del Civiglio, Roglic pinchara una rueda de su bicicleta y fuera obligado a pararse.

Afortunadamente por él, el esloveno tenía a su lado un compañero del Jumbo Visma que le cedió su bicicleta. Sin embargo, perdió muchos metros y fue obligado a apretar con fuerza para recortar distancias con los demás favoritos. Roglic pagó por su cambio de bicicleta. Encaró la subida y la bajada sin poder contar con su bici y terminó saliéndose de una curva en la bajada del Civiglio, lo que le hizo perder muchos segundos con respecto a Yates, Carapaz o Nibali, que iban lanzados.