El CD Castellón afronta estos días un periodo clave para su futuro en el corto y medio plazo. La pugna entre los dos accionistas principales de la entidad, Orbit Access (José Miguel Garrido) y Capital Albinegre (Vicente Montesinos) debe resolverse sin excesiva demora. Lo que está en juego no es asunto menor. Son dos modelos de club distintos. La planificación de la próxima temporada y las líneas maestras del club de cara al cercano centenario de 2022 dependen de la resolución del conflicto interno.

La pelota está en el tejado de Montesinos, principal sostén económico de Capital Albinegre, la sociedad que tomó las riendas del Castellón en el verano de 2017, y que completan Ángel Dealbert y Pablo y Alfonso Hernández. Garrido, que está abierto a una salida, pide los 2,3 millones de euros que Orbit Access ha inyectado en el club mediante las ampliaciones de capital. En caso de concretarse la operación, Capital Albinegre recuperaría la mayoría accionarial y Montesinos asumiría la mayor parte de la inversión.

La fractura interna en el club orellut, motivada por las desavenencias principales en la materia deportiva y aumentada por las declaraciones de unos y otros, imposibilita a día de hoy una reconciliación. Montesinos tiene un modelo de Castellón en mente que no deje de lado eso que acuñó como «ADN albinegro», que sin aparcar la ambición deportiva incentive la seña de identidad provincial. Garrido, por su parte, continuaría con Óscar Cano en el banquillo, Juan Guerrero en los despachos y el plan general de la pasada temporada.

A la espera

En ese marco, la planificación de la próxima temporada está en suspense. Unos y otros están trabajando por ejemplo en materia deportiva, pero sin cerrar las operaciones de fichajes. Guerrero y Cano han pasado el fin de semana viendo diferentes partidos de los play-offs de ascenso a Segunda. Así lo hicieron saber a sus seguidores en las redes sociales, donde la afición ya se ha fracturado entre partidarios de Montesinos y partidarios de Garrido. Cano estuvo el sábado en el Castilla-Cartagena, y ayer en el Fuenlabrada-Recreativo y el Villarreal B-Melilla, donde coincidió con Xavi Galván, quien fuera adjunto a Dealbert en la secretaría técnica, hasta la ruptura de los últimos meses.

No solo buena parte de la materia futbolística del curso que viene está a expensas de resolver la incógnita accionarial de la sociedad anónima deportiva. También temas como la campaña de abonos de la próxima temporada o los patrocinadores penden del mismo hilo.