Orpesa vivió ayer un cambio drástico en los resultados de sus elecciones municipales, algo que no ocurría desde hace 20 años. La joven socialista María Jiménez, que concurría por primera vez como cabeza de lista, consiguió materializar el sorpaso al popular Rafael Albert, que mantiene la alcaldía de forma ininterrumpida desde el año 2003. Lo hizo de manera muy ajustada durante todo el escrutinio, y finalmente quedó con el 33,27% de los votos para Jiménez y el 32,19% para Albert, con un total de 37 votos de diferencia entre ambos.

Esta situación hace peligrar por primera vez la alcaldía popular en el municipio y deja en manos de Ciudadanos la llave del gobierno, ya que ambas formaciones distan en dos ediles de la mayoría en la localidad, justo el resultado que obtuvo ayer la formación naranja en Orpesa, que lidera Araceli de Moya y que terminó con el 12,39% de los votos. De Moya mantiene así los dos ediles en el consistorio que ya obtuvo en 2015.

No obstante, además de la caída del Partido Popular en más de 300 votos respecto a las anteriores elecciones, Compromís también salió resentido ayer. La coalición valencianista, que concurría esta vez con Eric Traver como candidato, pierde un concejal, lo que deja fuera al hasta ahora portavoz de Compromís per Orpesa, Josep Lluís Romero.

Por tanto, el sorpaso de Jiménez deja en el aire el gobierno oropesino para los próximos cuatro años y será necesario atender a los pactos que se cierren durante los próximos días para la formación de gobierno. Cabe recordar que Araceli de Moya, alcaldable de Ciudadanos, no descartó en los días previos a las elecciones ninguna opción para formar gobierno: «No nos cerramos ninguna puerta», respondió en una entrevista para este periódico.