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«En la Guerra Civil, la propaganda política y los recuerdos familiares dominan sobre la educación»

«La Ley de Memoria Histórica no se ha llevado a cabo. Devolver la dignidad a las familias es innegociable»

«En la Guerra Civil, la propaganda política y los recuerdos familiares dominan sobre la educación»

P Conmemoramos los 80 años del final de la Guerra Civil, ¿conocemos los españoles lo que sucedió?

R Tenemos todos los instrumentos encima de la mesa para ello. Otra cosa es el déficit en la educación con respecto a la Guerra Civil o que la propaganda política y los recuerdos familiares dominen por encima de la educación. Pero ahí ya entraríamos en cómo ha sido la gestión pública del pasado y la importancia que tuvo en los libros de texto. Los que nos dedicamos a la Historia nos damos cuenta de lo difícil que es establecer una mirada libre al pasado sin interferencias políticas.

P ¿Se explica adecuadamente en los colegios la República, la Guerra Civil y la Dictadura?

R La generación que venía del COU no la estudiaba. En la LOGSE sí había Historia de España contemporánea y se han examinado en la Selectividad, pero dependía mucho de quien pusiera el examen. No es cierto que nunca se haya llevado a las escuelas. Durante catorce años yo puse el examen en Aragón y llegué al acuerdo con los profesores de que la República, la Guerra Civil y el Franquismo salía todos los años. Pero es verdad que la Democracia tardó mucho en tener una línea clara de la importancia que tiene la educación, más allá del blanco y el negro. Si habláramos del Feudalismo no se le daría ninguna importancia, pero sobre el siglo XX las percepciones políticas son importantes porque las personas aún tienen recuerdos. Las fuentes sobre la Guerra Civil son infinitamente mayores que sobre el Feudalismo, se puede conocer más, y sin embargo estamos bajo sospecha porque explicamos la Guerra Civil.

P ¿Por qué parece que las heridas no se terminan de cerrar nunca?

R Más que heridas es ruido político. En una sociedad que ha pasado por la Transición y la Democracia superando el Golpe de Estado de 1981 y que ha mejorado tanto no puede decir que hay heridas. Creo que es un tópico el guerracivilismo en España. Si la gente saliera más por ahí se daría cuenta de que no somos tan excepcionales. El problema de la Guerra Civil española fueron los cuarenta años de Dictadura, si no, sería un tema absolutamente superado como ocurrió en el resto del mundo. La gente grita, discute y no lee, hay un desprecio absoluto por el conocimiento. La política impone su ritmo acelerado y hay un abuso político de la Historia.

P ¿Por qué se cuestiona ahora la Transición?

R La Democracia española empezó a tener muchos defectos desde 2008 y una parte de la sociedad, sobre todo la más joven y antisistema, empezó a pensar que los vicios de la Democracia eran pecados de la Transición. Yo creo que no hubo una inmaculada Transición porque estas cosas nunca son sencillas. Pero los vicios son de la Democracia, que ya ha durado más que la Dictadura. Hay gente que tiene necesidad de proyectar hacia el pasado defectos del presente. Dicho esto, cualquiera puede leer visiones críticas de la Transición, no existen sólo las edulcoradas.

P La política cada vez está más polarizada con la irrupción de la extrema derecha de Vox y Podemos en el otro extremo, ¿corremos el riesgo de volver a las dos Españas?

R España es bastante más plural y diversa que esas dos Españas. Otra cosa es la gente que hace el ruido, pasa lo mismo que con Cataluña. La polarización política también ocurre en otros países. La única gran ventaja que tiene la Europa actual frente a la de los años 30 es que no hay paramilitarismo ni armas por la calle y los estados controlan. Hay leyes y un orden y se sabe quién está detrás de ellos. La sociedad europea está polarizada, pero también podemos hablar de Estados Unidos en los últimos años.

P ¿Qué opina de la polémica de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos? y ¿dónde debería ser enterrado?

R Los lugares de la Memoria son para conservarlos y hay que explicarlos, pero no resignificarlos, ese es el mejor legado para las generaciones futuras. En el Valle de los Caídos hay que explicar la simbiosis entre catolicismo y política, explicar que esa era la España de Franco, explicar las torturas y los presos y decir: este es el monumento símbolo de todo aquello. Es una anomalía tener a Franco en el Valle de los Caídos. El problema con los dictadores es qué hacer con el cuerpo y no ha habido una previsión. Llevamos cuatro meses de ruido innecesario. El Estado tiene instrumentos para pensar en sacarlo, asegurarse de que nadie lo va a bloquear y de que se va con la familia pero no a una iglesia. Como vienen las elecciones se ha generado ruido para al final no llegar a donde se debería haber llegado porque Franco no tiene que estar allí, eso está claro en perspectiva histórica. Es lo que piden las sociedades democráticas civiles cuando miran a los pasados traumáticos. Los dictadores que mueren en la cama son más difíciles de gestionar.

P ¿Está funcionando la Ley de Memoria Histórica? Usted fue uno de los expertos que buscó a los republicanos muertos para que sus familias pudieran enterrarles.

R La Ley de Memoria Histórica no se ha llevado a cabo. Creo que hay memorias, no una en singular, y hay que buscarlas todas, pero la historia del Franquismo es la de los vencedores sobre los vencidos. Creo que la ley no se pudo llevar a cabo, no se pueden legislar determinadas cosas que ya han ocurrido en la Historia, lo que se puede hacer son retribuciones jurídicas o políticas. Es un tema pendiente. Hay quien cree que lo fundamental es castigar a los culpables y quien cree que es hacer políticas de retribución simbólicas. Se produjo un cambio de Gobierno y Rajoy dejó cero euros para esto, lo que contribuyó a la crispación. Ahora hay un Gobierno que está otra vez interesado pero vienen elecciones. Si esto lo hubiera hecho Felipe González nadie hubiera podido decir nada porque había una estabilidad política y habríamos avanzado. Al margen de quien piensa que Franco es un criminal o un beato, de los debates sobre la historia, hay algo innegociable y es que el Estado debe actuar poniendo los medios de forenses, arqueólogos e historiadores y devolver la dignidad a esa gente que no sabe dónde están enterrados sus familiares. Y esta situación sólo ocurre con los vencidos porque en el lado de los vencedores tuvieron compensaciones.

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