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Nuestra gente

Un bastión ecologista con los pies en la tierra

El Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen) surgió en 1993 en plena eclosión del urbanismo salvaje, que devastó el ecosistema de litoral de la provincia

Francisco González, bajo el olivio milenario de la avenida Rey don Jaime de Castelló. Carme Ripollés

La naturaleza no para de emitir señales, cadía día más explícitas, sobre la necesidad de no trasgredir sus códigos y reglas de regeneración o, de lo contrario, podría acelerarse un cambio climático de consecuencias incalculables para la humanidad. Los primeros en captar esos mensajes fueron los grupos ecologistas y conservacionistas. En Castelló, uno de los colectivos pioneros en la defensa y conservación de entorno natural ha sido el Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen).

Gecen surgió en octubre de 1993, impulsado por un grupo de jóvenes de la comarca del Alto Palancia. Casi tres décadas después, la asociación mantiene en pie su lucha por la integridad y protección jurídica de los ecosistemas de la provincia, como objetivo particular, al tiempo que acentúa su alerta sobre el cambio climático.

Desde 20o3, el profesor Francisco González es el presidente-portavoz de Gecen. «Somos una ONG medioambiental y cómo tal funcionamos. En la actualidad, contamos un centenar de socios, de distintos perfiles profesionales, con un nexo en común: la protección del medioambiente, la biodiversidad y la lucha contra cambio climático», explica González. «Nuestro objetivo siempre ha sido, en colaboración con la administración, buscar soluciones a problemas medioambientales. Porque en la mayoría de los casos las soluciones son sencillas, útiles y viables. En ese sentido, no somos utópicos, sino un colectivo con los pies en la tierra», dice más adelante el profesor.

Las tres líneas básicas de la actuación de Gecen pivotan en torno a la conservación, la investigación y la educación medioambiental.

González señala que el espíritu y prioridades del grupo han evolucionado a la par que las urgencias ecológicas del momento. «Cuando surgimos estábamos en plena fase de declaración de espacios protegidos por parte del Generalitat Valenciana, es decir, de fijar las figuras jurídicas de protección de esas áreas. Estos se ha conseguido, pero ahora es necesario que esa protección sea algo más que un mero documento», explica.

En este apartado, el conservacionista pone sobre la mesa una carencia relevante: la falta de recursos humanos y económicos. Y reclama que la Administración se tome en serió el área de medio ambiente y que se reconozca su peso.

González señala que siempre ha habido agresiones a la fauna y flora del territorio. Pero a su juicio, la mayor agresión que ha sufrido el territorio ha sido el ecosistema litoral, sobre todo en primera línea de playa, a consecuencia de un modelo urbanístico incompatible con la conservación que disparó el urbanismo salvaje, con la figura de los PAI como máxima expresión. «La Administración no ha contemplado el litoral como un ecosistema sino como un solar para construir», asevera.

González señala la importancia de la educación para fomentar futuras generaciones que promuevan la sostenibilidad y la habitabilidad del planeta. «Los centro educativos tienen una responsablidad importante. Pero los recursos que se destina a la formación del profesorado y el peso de la materia medioambiental, son insuficientes»», comenta.

En Europa, el movimiento político verde sigue presente, y prueba de ello son los resultados cosechados en Francia en las recientes europeas por Yannick Jadot, cabeza de lista de Europea Ecología-Los Verdes (EELV), con un 13,5% de votos. Y entre los jovenes, el activismo ecologista toma impulso a través del movimiento FridaysForFuture, promovido por la joven activista noruega Greta Thunberg. «En España siempre que ha habido un partido incipiente ha sido fagocitado por los partidos, normalmente de izquierda que han asumido como propias sus reivindicaciones». «El movimiento verde es trasversal y el cambio climático nos afectará a todos, y sobre todo a España, aunque somos el único país que no se está moviendo, salvo los jóvenes implicados con el FridaysForFuture» dice.

González exhibe un amplia lista de prioridades del colecticio como la nueva ley de espacios protegidos, el PGOU de Castelló, una gestión hidroecológica del agua que la Marjalería vierte al mar, la movilidad sostenible, y el olvido definitivo de los PAI, e insiste en el cambio climático: «Estamos en emergencia climática y nos afecta a todos», concluye.

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