La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, ha iniciado los primeros contactos con los líderes de Compromís y Podem, Ignasi Garcia y Fernando Navarro, para explorar posibles alianzas de cara a la formación de un nuevo gobierno de la ciudad. Más adelante se espera que lo haga con el candidato de Cs, Alejandro Marín Buck, tal como acordó el lunes la ejecutiva local, que decidió incluir en la ronda a Ciudadanos. Los socialistas mantienen abiertos varios escenarios y siguen sin decantarse si optarán por reeditar una coalición o intentarán un ejecutivo en solitario con acuerdos puntuales con el resto de formaciones.

Marco se reunió ayer por la mañana con Garcia y el día anterior habló telefónicamente con Navarro. Fue una primera toma para sondear la predisposición de ambos pero sin concreciones programáticas. Compromís destacó en un comunicado la voluntad de la primera edil en reunirse e informó que Garcia le indicó que la asamblea de la formación ha encomendado la negociación a un equipo específico. Añadió que esta misma ha marcado una hoja de ruta por la que Compromís y Podem unen sus fuerzas para explorar la coalición.

De esta forma, la posible negociación se aplaza para una futura reunión entre los equipos elegidos por los respectivos partidos. Desde el 26M, los diferentes grupos políticos habían celebrado encuentros internos para abordar su hoja de ruta pero se habían evitado. Los socialistas siguen sin tener prisas para comenzar las negociaciones formales. Han subido de 7 a 10 concejales y se sienten fuertes con Compromís y Podem, que han perdido uno y dos regidores respectivamente, especialmente con los valencianistas, con lo que han compartido ejecutivo en estos cuatro años.

El día de las elecciones se daba por descontado que seguiría el Pacte del Grau, ya que el PSPV, pese a su crecimiento, está a cuatro ediles de la mayoría absoluta. Pero el Partido Socialista, tal como dejó entrever en la campaña, quiere que sus socios asuman un nuevo rol para repetir gobierno. Por ello, ha dejado al puerta abierta a dirigir la ciudad en solitario e incluso no descarta un pacto con Ciudadanos.

En la ejecutiva socialista se vislumbraron diferentes posiciones al respecto, aunque la mayoría del partido rechaza la posibilidad de Ciudadanos al considerarlo una opción de derechas. La dirección dio vía libre al grupo municipal -que tendrá la última palabra- para que contactara con Compromís, Podem y Ciudadanos. Los socialistas son conscientes de la dificultad de gobernar en soledad, pero quieren que Compromís y Podem adapten sus pretensiones a la nueva correlación de fuerzas. Subrayan que sería un pacto diferente al Acord del Grau, con un PSOE con un papel más destacado que llevaría las áreas más importantes.

Ahora falta por ver que cesiones son capaces de aceptar Compromís y Podem. El primero no ha variado todavía su mensaje pero ha tenido un primer gesto al forzar la salida de Ali Brancal del ayuntamiento, cuyo proceso judicial le habría dejado sin competencias. Según fuentes de los valencianistas, Compromís está abierto a hablar de todo y no tiene líneas rojas. A Podem-CseM-EU le gustaría dirigir las concejalías de Vivienda y Transición Ecológica pero puntualizan que no se trata de una condición sine qua non para validar la coalición.

Los tres partidos ya han nombrado a sus equipos negociadores y están a la espera de una primera reunión. Avanzan en su estrategia a fuego lento, sin querer desvelar sus cartas.

Para el día 15 de junio, Marco podría llegar sin un pacto de investidura pero podría ser refrendada en segunda vuelta por mayoría simple. Luego, el PSPV podría cerrar una coalición. Esta opción se atisba improbable, pero en estos momentos, todo esta abierto, y el PSOE en silencio.