La alcaldesa en funciones de Castelló, la socialista Amparo Marco, maneja con tranquilidad el tempo de los días previos a su nueva investidura como primera edil del ayuntamiento, consciente de que el 15 de junio, si no llega un tsunami imprevisto por alguna 'traición' desde el flanco izquierdo, volverá a tener en sus manos la vara de mando, ya sea con un acuerdo de gobierno o con la minoría de sus 10 concejales. Ayer volvió a poner encima de la mesa todas sus opciones, que son las de siempre: pactar con Compromís y Podem y sumar juntos 15 ediles; acercarse a Ciudadanos y reunir 14 concejales -que es la cifra que marca la mayoría absoluta- o intentarlo en solitario. Pero, a diferencia de estos últimos días, dejó caer cierta empatía respecto a la reedición del Pacte del Grau firmado en 2015, eso sí, dejando claro que no aceptará un pacto que no selle un proyecto de ciudad adecuado para los próximos cuatro años.
Amparo Marco, que tiene intención de reunirse de forma personal con todos los grupos políticos por «cortesía, dejó claro que no hay prisa alguna por cerrar un pacto, porque eso no impedirá el pleno e investidura de dentro e una semana, aunque sí que consideró que sería importante llegar a este punto con una idea diáfana del gobierno que tendrá la ciudad hasta 2023. En este sentido, quiso aclarar que ella no está defendiendo que sea mejor una gobierno en minoría. «Siempre es mejor una mayoría absoluta, de la misma manera que siempre es mejor un pacto sólido que uno débil, pero si al final no se llega a un pacto... ¿Qué haces?», se preguntó.
Con ello, insistió de nuevo en que hay tres escenarios posibles y «tenemos que hacer las cosas bien». Esto pasa por que se sienten las comisiones negociadoras para hablar, algo que ya tienen definido con nombres y apellidos en Compromís y Podem, pero no en el Partido Socialista, que aún debe concretarlo. Con la comisión en marcha, de la que no formará parte la alcaldesa, «empezaremos a hablar de todo, ver lo que quieren Compromís y Podemos», de la misma manera que «tomaremos el pulso a Ciudadanos para ver en qué condiciones se sentaría». Y con ello, «si se cierra un gobierno estable y de amplia mayoría, mejor que si no es así. La estabilidad es llegar a 14 o 15 concejales, pero si no se consigue tampoco hay que rasgarse las vestiduras».
Eso sí, dejó caer que lo más importante es «la estabilidad de la ciudad, que está por encima de todo», y «esa estabilidad la dan 14 concejales». Aprovechó para lanzarle un guiño a Compromís y Podem al reconocer que el Pacte del Grau «ha funcionado bien», pero añadió que si se firma uno nuevo no sería el Grau II «sino otro pacto».
