Feliz y emocionado, Vicente Montesinos esbozó ayer en la sala de prensa de Castalia las líneas maestras del nuevo proyecto del Club Deportivo Castellón. El presidente es ahora también máximo accionista y propietario después de pagar 2,3 millones de euros a José Miguel Garrido y tomar las riendas de la entidad. Montesinos alumbra una nueva era para «devolver el alma» y «abrir a la sociedad» al Castellón. «Va a cambiar el modelo», dijo, pero no el objetivo, que sigue siendo «llevar al equipo al fútbol profesional» de cara al Centenario de 2022.
Ese cambio de modelo incluye el guante lanzado ayer a afición y empresas provinciales. Montesinos dio el miércoles el primer paso en la compra del paquete accionarial de Garrido. «Es un paso vital muy importante», dijo el empresario castellonense, que recalcó que no hay inversores ocultos en Capital Albinegro, «ni socios nuevos ni empresas detrás, seguimos los de siempre». Montesinos quiere aglutinar al grueso de la sociedad de Castelló.
«Hay quien me dice que me van a dejar solo, pero estoy convencido de que no será así. Entre todos podemos sentar las bases para hacer un club muy grande, estoy convencido», subrayó. Por eso, Montesinos planea «abrir el club a la sociedad, para que la afición y los empresarios tengan la oportunidad de ser más que abonados. Es una demanda de todos y nosotros también lo preferimos así. Es una oportunidad para que el club sea siempre de la sociedad de Castellón».
Cambio de estrategia. Montesinos, que estuvo arropado en la sala de prensa por su padre, sus hermanos y varios socios y amigos, explicó la llegada y el paso de Orbit y Garrido, que sirvió inicialmente para solventar la deuda histórica con Hacienda. «Por circunstancias tuvimos que tomar una decisión estratégica. Tenía que entrar alguien y poner el club en manos foráneas. Ha sido un año bueno, pero díficil, con otra manera de funcionar que nos hizo replantearnos internamente que en lugar de una visión cortoplacista queríamos pensar en largo plazo». Respecto a la temporada anterior en Tercera División, «vimos cómo se perdía esa conexión entre todos y también que estábamos a tiempo de dar un giro, y por eso doy ahora el paso jugándome mucho en lo social y en lo económico», añadió.
Esa ruptura entre Capital y Orbit fructificó en la propuesta de adiós de Garrido y el pago millonario de Montesinos. «Es un día histórico para el club y para mí», deslizó el presidente, «podemos construir un club único en el panorama nacional y llevarlo al fútbol profesional desde la humildad y la honradez. No quiero un inversor foráneo que vaya pasando el club de manos. Tengo claro el club que quiero y creo que también es el que la mayoría de la sociedad demanda». «Además sé que puede funcionar», remató Montesinos, que no puso cifras ni fecha a esa ampliación de capital abierta. «Si es a finales de 2019 mejor que en 2020», dijo, «pero tenemos que escuchar primero a empresarios y aficionados. Lo importante es que se va a hacer».
