La pugna por la lista de la Diputación de Castelló ha despertado una batalla en el PSPV provincial entre Ximo Puig y Ernest Blanch, con la sucesión del primero de la secretaría general autonómica de trasfondo. Dos antiguos aliados se alejan por diferencias con el modelo de diputación y la gestión de la ejecutiva de Blanch. Esta disensión ha acercado a Puig al alcalde de Vila-real, José Benlloch. En medio de esta división interna los socialistas tomarán el mando de la diputación por primera vez desde 1995. Y esta fricción amenaza con dejar aristas importantes en el seno de la organización porque el enfrentamiento está llegando a tal magnitud que dos comarcas amagan con votar una lista alternativa a la oficial siendo conscientes de que esta decisión les expulsaría del partido.
La confección del primer grupo victorioso del PSOE en la diputación ha sido la mecha que ha encendido unas divergencias que venían asomándose los últimos años. Blanch ha diseñado una ejecutiva copada de afines de pueblos pequeños y dejando de lado los grandes municipios. Argumenta que la diputación necesita gente liberada para dedicarse en cuerpo y alma . Esgrime que quiere rebajar el perfil político que le dio el PP y centrarla en la lucha contra la despoblación. No atendió las propuestas de nombres de tres comarcas (Plana Alta y Baixa y Ports-Alt Maestrat) y rechazó la integración de Benlloch.
Esta gestión ha soliviantado a València, que cuestiona la falta de consenso de Blanch y el modelo de diputación que promueve. Critica que fomente un modelo provincial de partido frente a su tradición comarcalista. Lamenta que se excluya a las grandes ciudades y sostiene que una institución como la diputación necesita gente con relevancia política.
València no tiene competencias, según los estatutos del PSOE; para elegir los nombres de los diputados provinciales, pero en el caso de Castelló ha decidido mediar ante Ferraz y abiertamente pide una revisión de la propuesta de Blanch. Esgrime que el enfrentamiento en Castelló es de «extrema gravedad» por la posibilidad de que algunos concejales socialistas acaben expulsados.
Desde la dirección de Blanch defienden que su planteamiento ha recibido el apoyo del 80 % de la propia ejecutiva y que responde al interés de impulsar un formato de diputación diferente al del PP. Desde el entorno de Blanch se ha tocado a rebato estos días y agrupaciones de poblaciones y comarcas afines han trasladado su apoyo mediante comunicados. Así lo han hecho desde la capital de la Plana, Alto Palancia u Onda.
Madrid decidirá el 20 de junio la composición definitiva de diputados del PSOE. Ahí se verá si asume la tesis de Blanch o le enmienda la plana, como quieren los críticos de Castelló y la ejecutiva autonómica.
Las hostilidades continuarán luego para elegir al presidente de la diputación, ya que deberá ser votado por un comité provincial del partido tras escuchar a València. Blanch plantea a José Martí, Santi Pérez o Ruth Sanz, mientras Puig quiere a la alcaldesa de la Vall d'Uixó, Tania Baños. Para que triunfe esta última propuesta primero debería ser modificada la relación de diputados de Blanch al no incluir a Baños.
