Vila-real en Dansa concluye su octava edición con más público y un intenso fin de semana de convivencia entre creadores, artistas, programadores y compañías que crean un ambiente inmejorable. El festival de dansa breu es el único de sus características en la Comunitat y ya tiene la mirada puesta en su próxima edición, espera seguir consolidándose como sede de la danza contemporánea.

Este año el festival se ha encargado de llevar la danza a los institutos por segundo año, donde la propuesta ha sido capaz de despertar las reacciones de los adolescentes, uno de los objetivos de esta disciplina artística que a través de Vila-real en Dansa pretende romper la barrera que a veces tiene con los más jóvenes.

Durante el fin de semana las Jornadas de dansa breu, que este año se han ampliado en un día más, han sido el plato fuerte en el Auditori Municipal con propuestas innovadoras, transgresoras, de calidad y acogiendo a artistas nacionales e internacionales. Además, las jornadas incluyen la participación del alumnado de la Escola Municipal de Dansa, quienes participan activamente en el festival.

Por su parte, se ha mantenido la Dansa al carrer. Una de las insignias de Vila-real es la cultura de calle y este festival se encarga de acercar la danza contemporánea a todos los públicos, que cada vez se muestran más receptivos con las propuestas.

Han funcionado especialmente bien las noches de danza. La Nit de Tertúlia ha sido un gran espacio de entendimiento para los artistas, que han creado buen ambiente y un clima muy positivo para reforzar el sector desde dentro. Además, la Casa dels Mundina acogió abundante público como espectador y también como participante en la Jam de dansa.