La venta de Pablo Fornals al West Ham prolonga lo que se ha convertido en casi una tradición para el Villarreal. El equipo amarillo ha sacado un beneficio de unos 15 millones de euros por el jugador castellonense, después de venderlo al conjunto londinense por 27 millones de euros. El medio recaló en el submarino hace dos veranos después de que la entidad pagara 12 millones al Málaga por su traspaso.

Otra operación beneficiosa para el conjunto de la Plana que, durante este verano, podría cerrar alguna operación similar con jugadores muy pretendidos como es el caso de Alfonso Pedraza o Samu Chukwueze. Además, la venta de Pablo Fornals recoge el testigo de los grandes negocios que hizo la entidad castellonense en el pasado mercado estival.

El caso más destacado fue el de Rodrigo Hernández. El centrocampista internacional recaló en el Villarreal, después de que el Atlético de Madrid lo descartase en edad juvenil. El pasado verano, Rodri retornaba al conjunto colchonero por 20 millones de euros. Beneficio total para los amarillos.

Un caso similar fue el de Samu Castillejo. En 2015, recaló en el Villarreal desde el Málaga, previo pago de unos 8 millones de euros. Hace un año, el Milan se lo llevó después de desembolsar 25 millones por su traspado. 17 millones de euros de beneficio tras tres campañas como amarillo.

Aunque hasta el momento, en la historia del Villarreal, nadie gana en rentabilidad a Cédric Bakambu. El Beijing Gouan pagó 40 millones por el franco-congoleño que había llega al Villarreal, procedente del Bursaspor turco, después de un gasto de7,5 millones de euros. Un negocio con un beneficio de más de 32 millones para el conjunto amarillo.

Jugadores con nombre propio

La lista de jugadores rentables para el Villarreal incluye nombres muy llamativos. Es el caso de Santi Cazorla. El que vuelve a ser referente del vestuario amarillo, recaló en el Málaga allá por 2012 a cambio de 23 millones de euros. Una rentabilidad total para el equipo de la Plana que se hizo con el asturiano en 2004, después de que se formase como futbolista en el Oviedo.

Tampoco fue un mal negocio la apuesta por Eric Bailly. El central marfileño llegó procedente del Espanyol, donde apenas había jugado algunos partidos en Primera, en enero de 2015. Un año y medio más tarde, el Manchester United pagó 38 millones de euros por él, lo que supuso un beneficio de 32,3 millones para la entidad.

Aunque quizás el caso más llamativo sea el del brasileño Alexandre Pato. Cerca de 20 millones de euros se revalorizó el precio del jugador en el medio año que estuvo en el club. El futbolista llegó procedente de Corinthians, en verano de 2016, por 1,7 millones. Pero sólo unos meses después, en enero, se marchó al Tanjin Quanjian por 19,5 millones.