L as excavaciones en el yacimiento del Torrelló del Boverot de Almassora han sacado a la luz otro tramo de muralla del siglo II a.C. que, según las primeras conjeturas, parece que se construyó para actuar como defensa para los pobladores. El hallazgo fue comunicado ayer a primera hora de la mañana por el arqueólogo municipal, Gerardo Clausell, y la alcaldesa, Merche Galí, y la concejala de Patrimonio, Carmina Martinavarro, acudieron al lugar para conocer todos los detalles.

Tal como informan fuentes municipales, este tramo, que sería posterior a la segunda guerra púnica, podría corresponder a la continuación de una parte que ya estaba a la vista, del siglo IV a.C., y de la existente en el otro extremo del yacimiento, que data del siglo II a. C. En esta ocasión son 1,20 metros de alto y casi 2,5 de largo, aunque esperan que llegue a los tres metros.

Clausell explicó que la parte de la muralla encontrada es de manufactura romana, con bloques calcáreos, trabajados en su cara externa y están apoyados en el otro tramo que es del siglo IV.

Según el arqueólogo, «lo importante ahora es trabajar la zona, limpiar bien la muralla y consolidarla». «Se trata de material muy bueno y está bien conservado pese al paso del tiempo», añade el experto en referencia a este hallazgo que los investigadores no pensaban encontrar.

contrapesos de telares// Además de la muralla, los arqueólogos también han descubierto varias piezas en buen estado de contrapesos pertenecientes a telares (entre los encontrados en el año 2017 y en esta ocasión son ya cerca de una veintena) y algunos restos de vasijas de barro.

Cabe señalar que el técnico municipal es el autor del proyecto de investigación 2019-2021 en el que se enmarca esta actuación y que, en último término, tiene una finalidad didáctica. De hecho, todos los hallazgos quedarán a la vista del público, marcados cronológicamente y señalizados para potenciar el entorno.

Los expertos valoran la posibilidad de que este canal contuviera agua en el pasado y sirviera como espacio de defensa para los moradores del poblado ante posibles ataques de invasores. Con un perímetro próximo a los 25 metros, este exhaustivo trabajo permitirá mejorar el estado de conservación de los restos, tal como obliga la actual ley de patrimonio de las administraciones públicas.

Las excavaciones cuentan con un presupuesto total de 30.000 euros y están cofinanciadas por el Ayuntamiento de Almassora y la Unión Europea, a través de los planes Feder, al 50%.