Tírig nunca ha sido una gran urbe, pero este coqueto municipio del Alt Maestrat puede presumir de contar con unas pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad, así como de atractivos más terrenales como unas intensas fiestas de San Jaume que se están celebrando estos días o un campo de fútbol de césped natural. El cuidado terreno de juego de La Creu, eso sí, se ha quedado ahora huérfano después 28 años de actividad, pues el CF Tírig ha bajado la persiana. «No nos queda otra alternativa», lamenta su presidente José Tomás.

El club de fútbol de la localidad castellonense jugó el pasado fin de semana su último partido. El equipo se formó en 1991 y desde entonces han sido decenas los jugadores que han pasado por sus filas, unos futbolistas que en la actualidad, a causa del despoblamiento, escasean. «Cada vez queda menos gente joven y los jóvenes que quedan tienen otras distracciones. Antes era lo único que había y todos se volcaban. Este último año teníamos 40 socios, éramos dos en la directiva y a los partidos iban cuatro chavales y cuatro abuelos», añade Tomás.

El adiós del Tírig se une al anunciado la pasada semana por otro histórico del fútbol regional como el Esportiu Cinctorrà. «La despoblación de nuestra comarca hace que cada año sea más difícil hacer equipo. Este año nos ha sido imposible», anunciaba en un comunicado el club de Els Ports, que dejaba la puerta abierta a regresar en un futuro. «Nosotros veo imposible que volvamos a hacer equipo. Ya veremos lo que pasa con el campo. Ahora lo usa la Salzadella y el Ayuntamiento lo mantendrá este año, pero a la larga quizá lo dejen morir», reconoce José Tomás.

El CF Tírig nunca pasó de Segunda Regional. Tampoco lo pretendía, pero de ahí a su fatal desenlace hay que contar dos causas: «La falta de recursos para pagar aunque sea la gasolina de los jugadores que vengan, y que los pueblos se están quedando vacíos».