El propietario del perro American Standford que atacó a una vecina de la Vall d'Uixó, infligiéndole una herida en la cara que requirió de más de 80 puntos de sutura, no tenía los permisos para la tenencia de un animal tipificado por la ley como de raza peligrosa.

Fuentes próximas al caso confirmaron ayer a Mediterráneo este extremo, que supondría la comisión de una falta muy grave --de acuerdo con la legislación vigente--, de la que además se desprendería la imputación por un delito de lesiones del que se ha hecho cargo la unidad del Seprona de la Guardia Civil, aunque en primera instancia intervino la Policía Local de la Vall.

Como apuntó este periódico, el detalle más sorprendente de lo sucedido es que parece probado que el can llevaba bozal, aunque sería una sujeción de tela, insuficiente para contener la fuerza y la potencia propia de esta raza.

De cualquier modo, sobre el detalle de lo sucedido hay dos versiones que difieren en cuestiones esenciales, la de la persona que llevaba al perro y la de la víctima, que a pesar de la gravedad de las heridas sufridas, no está ingresada en el hospital sino que permanece en casa recuperándose, a la espera, posiblemente, de que un juez decida qué pasará tanto con el American Standford como con su propietario, que no lo llevaba cuando se produjo la agresión. El único elemento identificativo de su mascota era el chip. Carecía de seguro obligatorio y no había realizado el test psicotécnico.