La ocupación ilegal de la planta de purines que la Diputació de Castelló tiene en Sant Mateu, donde se celebró una rave ilegal desde la Nochevieja, ya ha pasado a la historia después de 100 horas de juerga ininterrumpida, y otras 30 de operativo de salida de los asistentes, que pretendían quedarse hasta pasar Reyes. Ayer a las 13 «las instalaciones ya estaban vacías», sin gente, vehículos ni equipos de sonido, según confirmaba la alcaldesa del municipio, Ana Besalduch, después de que la Guardia Civil desconectara la música el sábado y logró que, progresivamente, salieran todos los participantes.

El diputado provincial de Desarrollo Rural, Santi Pérez, detalló que ahora se «trabaja en la identificación de los responsables, aunque no es fácil. Debe haberlos, porque han alquilado un equipo electrógeno y han hecho acopio de una gran cantidad de gasóleo».

Además, Besalduch añadió que desde que se tuvo conocimiento de los hechos «se presentaron las correspondientes denuncias, que seguirán su cauce, y suponemos que los trámites se centran ahora en saber quiénes fueron los organizadores». Asimismo, la alcaldesa destacó que la Benemérita «actuó en un tiempo prudencial, y sin que se dieran incidentes».

Balance de daños

Con el escenario de la fiesta completamente vacío, ahora toca hacer el balance de daños. Santi Pérez informó de que mañana «técnicos de la diputación se desplazarán para comprobar las consecuencias en las instalaciones», como roturas en el vallado, y se estudiarán medidas para reforzar la vigilancia en la zona: «podría ser una alarma o una persona que realice visitas periódicas, pero aún no se sabe», puntualizó.