Lo de Rosi ha sido llegar y besar el santo. Apenas lleva unas semanas en China y ya ha sido premiada en el Concurso de Peluquería Canina celebrado en la ciudad de Guangzhou, donde se alzó con el tercer puesto. La joven de Castellnovo, con amplia experiencia en la Clínica Veterinaria Segorbe, donde ejerció durante 13 años, conquistó al jurado pese al «gran nivel» que existía en el certamen.

Rosa Isabel Escrig Mundo se mudó a China para residir allí con su marido, el entrenador de fútbol segorbino David Valbuena, y no dudó a la hora de seguir ejerciendo su profesión. Es por ello que a los tres días de su llegada comenzó un curso de perfeccionamiento de peluquería canina en estilo asiático de dos semanas, y los resultados no se hicieron esperar, como demuestra su reconocimiento en el citado concurso. «Fue la primera competición a la que me presenté en China y ha sido una gran sorpresa este resultado», admite.

Cuestionada sobre si hay más o menos canes en su país de adopción que en su Castellnovo natal, Rosi afirma lo siguiente: «Pensaba que habría menos , pero al estar metida en la academia, empecé a fijarme mucho más y me di cuenta que aquí hay mucha gente con perro, sobre todo con caniches. Nunca había visto tantos».

Notables diferencias

España y China son países alejados culturalmente en un sinfín de aspectos. También en el gremio de la peluquería canina: «En España utilizamos muchos más productos que aquí a la hora de arreglar un perro, sin embargo no sé muy bien por qué pero nunca había conseguido que el pelo del animal se quedara con la textura que se queda aquí para poder trabajarlo, no sé si son los productos o la forma de secado o el pelo, que es diferente al pelo de los perros de España».

En el plano personal, la castellnovera no oculta luces y sombras en la decisión tomada de hacer las maletas para vivir en un punto alejado en más de 10.000 kilómetros: «Estoy muy bien porque por fin estoy con mi marido, con el que llevaba dos años manteniendo relación a distancia, aunque echo mucho de menos a mi familia, a mis 'peluditos' y mis amigos».

No oculta Rosi por último la morriña que siente tan alejada de sus orígenes: «En cuanto podamos viajaremos a España de visita, pero ahora me viene la pequeña aventura de encontrar un trabajo aquí. Por lo demás la verdad es que me he adaptado rápido, ya tengo algunas amigas, la comida me apasiona y la gente y el ambiente también me gustan mucho».