La oleada de robos que sufre Burriana desde hace meses --roza ya el año-- se recrudece y atemoriza a los vecinos. Miedo, inseguridad e impotencia son algunas de las palabras más repetidas a pie de calle por ciudadanos de todas las edades. Un malestar que se ha acrecentado en las últimas horas tras conocerse el brutal ataque sufrido por un matrimonio de hosteleros esta misma semana.

La pareja, que regenta la pizzería El Rancho en la ronda Pere IV, se disponía a echar el cierre a medianoche y portaba en una mochila la recaudación de su negocio. En total, 2.500 euros, además de sus carteras, teléfonos móviles y documentación diversa. «De repente, mi mujer vio que dos encapuchados se acercaban a nosotros rápidamente. No nos dijeron ni una sola palabra. Directamente, comenzaron a pegarme patadas en la cabeza y puñetazos. A ella también le pegaron. De hecho, tiene una rotura en el brazo», relata Azmir Habid, responsable del establecimiento.

El matrimonio, natural de Bangladés, intentó resistirse a los asaltantes, que emplearon una gran violencia con ellos. «Al ver que yo no soltaba la mochila con el dinero, a pesar de los golpes, uno le dijo al otro: saca la pistola», explicó ayer la víctima en declaraciones a Mediterráneo. «No sé si lo decían porque iban de verdad armados o para provocarme más miedo todavía», afirma el hostelero, quien recuerda que los asaltantes «parecían jóvenes» y «hablaban en castellano».

Malheridos, en el suelo

Azmir Habid y su esposa acabaron en el suelo, malheridos, y los ladrones huyeron con el botín. «Gritamos, pero consiguieron escapar. Yo estaba tirado en la acera, no podía moverme. Vino la ambulancia, que nos llevó al hospital, y también la policía. Ya hemos puesto la denuncia en el cuartel y he hecho un reconocimiento», explicó el afectado ayer en conversaciones con este diario.

A escasos veinte metros de donde tuvo lugar el ataque al matrimonio, una empresa de transferencias monetarias también ha sufrido en los últimos días el robo de algunos relojes. Los ladrones se han fijado, asimismo, en la Librería Martí de la calle el Raval, cuyo establecimiento forzaron de madrugada para llevarse algunos artículos. Sus responsables han interpuesto ya la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil. También una inmobiliaria local ha corrido la misma suerte.

En la plaza Les Monges, los propietarios de otro bar, San Onofre, están «hartos» de las tentativas de robo y es que en tan solo 15 días han registrado cuatro intentos. «Llevo días durmiendo en el local porque, si entra alguien, quiero estar dentro y ser testigo. En la noche del martes trataron de arrancar las rejas que tenemos en una de las ventanas. Utilizaron una especie de pinza de la que tiran», explicó la dueña a este rotativo. «No lo consiguieron porque sonó la alarma», indicó la afectada, quien lamentó que «la situación se esté complicando tanto para los pequeños empresarios, pero también para los vecinos».

Por otra parte, la hija de la dueña aseguró que el hombre que fue detenido días atrás por forzar seis coches y usar las tarjetas bancarias que sustraía del interior --a quien ella misma sorprendió y dio aviso a los agentes-- ya se encuentra en libertad. «Esta misma mañana ha pasado por delante del bar, como si nada. Parece que sale muy barato delinquir y no hay derecho», reprochó.

Más casos

Estos casos se suman a tantos otros registrados desde hace un año. Los bares la Piscina, la Pedreta, Burrifornia Surf Café y 7 Hermanos, así como también la tienda de electrodomésticos Joman y varias fruterías Walid han sufrido golpes. También se han incrementado los asaltos a domicilios y el cuartel de la Guardia Civil de Burriana ya es el que más atestados instruye de toda la provincia. Como publicara recientemente Mediterráneo, los agentes investigan a una banda juvenil, integrada por menores y jóvenes, y buscan demostrar que operan como una organización.