La Policía Nacional investiga un presunto caso de abusos sexuales en el Hospital Vithas Castelló. Un celador del centro ha sido detenido tras acusarlo una paciente de supuestos tocamientos, según ha podido saber Mediterráneo de fuentes cercanas al caso.

La mujer presentó hace unos días la denuncia en comisaría y aseguró que, mientras se encontraba consciente (pero todavía bajo los efectos de una sedación) el celador encargado de su traslado de un lugar a otro del hospital le palpó el pecho. La supuesta víctima se mostró convencida de que la actitud del trabajador era libidonosa y explicó que el sanitario, al percatarse de que ella se extrañaba ante los tocamientos, se escudó en que iba a comprobar si se le había quedado pegado en el cuerpo algún instrumental médico --tipo electrodos--.

Alarmada por lo ocurrido, no dudó en personarse en dependencias policiales e interponer la correspondiente denuncia. La Policía Nacional contactó entonces con el centro hospitalario y solicitó una lista de todos los celadores, a fin de localizar al susodicho. Según ha podido saber este periódico, el sanitario ha sido ya identificado y arrestado por un presunto delito de abusos sexuales.

En su declaración, el hombre ha admitido que existió el contacto físico del que habla la mujer, pero asegura que fue para retirarle el citado material. Tras su detención, ha quedado en libertad con cargos. Mientras, los investigadores se centran en averiguar si entre las atribuciones del celador está la conducta descrita por él mismo, si fue adecuada o si, por el contrario, palpó a la denunciante con deseo sexual, como ella misma describe.

Hace ahora un año las denuncias de otras tres mujeres destaparon en el País Vasco los presuntos abusos sexuales de un celador. La primera afectada denunció que, tras someterse a una colonoscopia en una clínica privada, el sanitario le practicó tocamientos en los senos y los genitales. Una vez superados los efectos de la anestesia, la mujer, confusa por lo vivido, habló con sus familiares y con una doctora del centro médico, que la animó a denunciar ante la Ertzaintza.

Según esta primera víctima, los tocamientos duraron unos dos o tres minutos, en los que el celador le dijo: «Relájate. Sientes placer, ¿no?». A ese caso, le siguieron otras dos acusaciones más contra el mismo trabajador de la clínica por hechos similares.

Hay más precedentes. En el 2005, Murcia vivió una situación parecida. Otro celador fue arrestado tras afirmar una paciente que la había manoseado y le había besaso el pecho mientras ella estaba en la cama. El sanitario quedó en libertad con cargos tras declarar ante el juez.