Solo el 5% de los castellonenses que suelen viajar cada verano lo hará este año, según estimaciones del sector. Los ojos de quienes harán escapadas nacionales están puestos en los rebrotes y las cancelaciones de última hora en función de la evolución de la pandemia están a la orden del día.

La crisis sanitaria internacional del covid-19 ha sacudido a todos los ámbitos y, especialmente, al turístico, que fía su suerte al mes de agosto que está a punto de comenzar. La provincia, destino costero de éxito y tierra de festivales, batalla por conseguir visitantes en la campaña estival y, a la vez, intenta fomentar los viajes entre sus propios ciudadanos.

Las agencias de viajes de Castellón se encuentran en la cuerda floja, con miles de cancelaciones sobre la mesa y un número de reservas residual. «Hay una gran incertidumbre. La gente viene a informarse, a preguntar precios, pero las reservas han caído un 95% respecto al año pasado», explica el presidente de la asociación provincial, Diego Tirado.

«Este año no hay viajes internacionales, lo poco que se hace es por España y, en concreto, por el norte. Los castellonenses que salen lo hacen a los Pirineos, al País Vasco o a Asturias. El turismo insular a Baleares o Canarias no está teniendo tirón. También hay quien elige como destino familiar algún parque de atracciones cercano», apunta.

Los mayores no viajan

El turismo entre personas de la tercera edad está prácticamente desaparecido, pues este colectivo especialmente vulnerable a la pandemia ha tomado una actitud muy prudente y descarta escapadas. «La gran mayoría de quienes viajan son personas de mediana edad y familias con niños. Las escapadas son más cortas por ser de ámbito nacional y la mayoría no pasan de las tres o cuatro noches», apunta la asociación provincial.

El sector turístico confía en que la situación se estabilice en las próximas semanas y que los castellonenses recuperen, poco a poco, la confianza y las ganas de desplazarse. «De momento, no se están cerrando agencias en Castellón, pero no podemos aguantar un año sin vender. Hemos vivido seis meses muy duros y existe mucha preocupación», avisa Tirado.

Tres destinos frustrados

La familia del castellonense Adrián Hernández ha cambiado de destino vacacional hasta tres veces desde que comenzó la pandemia y a quince días para viajar todavía no tiene claro que puedan hacerlo.

«Este verano habíamos programado con mucha ilusión un viaje a Vietnam y Camboya, pero cuando en Asia estalló la crisis del covid-19, decidimos cambiar de continente y tiramos hacia Centroaémerica.

Reservamos Costa Rica y, cuando ya habíamos pagado la mitad, la pandemia acabó de extenderse a todo el mundo», relata el joven. Tres meses después de iniciar los trámites de cancelación y devolución, él y su familia han podido recuperar su dinero. Ahora, como última opción, tienen prevista una escapada a Huesca, justamente una de las provincias que están en el punto de mira por los recientes rebrotes. «Si vamos, lo haremos solo mi pareja y yo. Mis suegros, que en un principio viajaban con nosotros, prefieren quedarse en Castellón», apunta.

Sin viajes de novios

Destinos que el año pasado estaban de moda entre los castellonenses han desaparecido totalmente del panorama. Es el caso de Japón, Perú o Tanzania y es que incluso quienes se dan el sí quiero este año han renunciado a hacer su viaje de novios en estas circunstancias.

«Mi pareja y yo nos casamos el próximo mes de septiembre e íbamos a Estados Unidos de luna de miel. Mantenemos la celebración de la boda, pero el viaje lo dejaremos para más adelante, cuando la situación sanitaria lo permita», cuenta la castellonense Paula Falomir.