«Da igual quiénes seamos o de dónde vengamos, a todos nos une una misma causa: salvar a los animales que están en la calle». Estas son las palabras de Pilar Siurana, una voluntaria del Grupo de Rescate de Animales de Castellón (GRA), tras completar un seguimiento que llevaban planificando prácticamente desde enero. El objetivo: capturar a Nela, una podenca abandonada que rondaba por Cabanes pero que no se dejaba atrapar.

Si hace algunas semanas relatábamos el triste final de Tanca, otra podanca que llevó de cabeza a sus rescatistas en la zona de Soneja durante meses, esta vez, la historia acabó de una manera muy distinta, la mejor posible, como consecuencia de la constancia de un grupo de personas que decidieron aliarse para garantizar el bienestar de una perra más de tantas y tantas abandonadas a su suerte.

Esta noticia tiene varios elementos destacados: el hecho de que haya un perro menos abandonado deambulando por calles y carreteras después de tantos meses expuesto. Pero también ayuda a visibilizar el trabajo que realizan protectores de animales y personas anónimas que no pueden quedarse impasibles frente al abandono.

En marzo se activa la búsqueda

Las primeras noticias sobre Nela llegaron a GRA en marzo, aunque ya se hablaba de que la estaban viendo suelta por Cabanes en enero. Alguien dio un aviso el 15 de marzo creyendo que había divisado a otra perra de su misma raza, Tanca. El día 26 llegó el segundo aviso, «una adoptante y amiga me dijo que estaba en la entrada del pueblo, delante de Pirámide, estaba esquivando coches en un día en el que llovía a cántaros, fue corriendo por si la encontraba, pero cuando llegué, ya no estaba».

Pronto supieron por una cuidadora de colonias de gatos de la localidad, Sole, «que todas la noches, llueva o truene sale a alimentar a los gatitos, también empezó a verla por el pueblo».

Desde entonces ha sido un ir y venir de notificaciones sobre su presencia. Igual pasaban semanas sin saber nada de ella, que en pocos días recibían varios avisos. El 5 de julio, desde GRA decidieron iniciar con una rutina de alimentación en las zonas donde se la avistaba más habitualmente, para acostumbrarla a acercarse. Este tipo de técnicas ayudan a estudiar el comportamiento del animal para valorar cuál es la mejor manera de actuar para atraparlo. «En un par de semanas ya empezó a acudir al sitio que le marqué, siempre a la misma hora», explica Pilar Siurana.

Una de las rescatistas junto a Nela, después de ser capturada. GRA

El día 19 de julio hicieron un primer intento de instalación de una jaula. Y en esa fase del rescate es muy importante que el perro no vea alteraciones en los puntos de comida y agua. Esa es la razón por la que desde GRA quieren agradecer la «gran colaboración» de los vecinos de la zona, que «han colaborado, han respetado los horarios, y han respetado el material, como cámaras y paneles, que dejábamos allí para vigilar a Nela».

Especial mención han querido hacer de Noemí, una rescatista «que ha sido maravillosa, que ha venido todos los días por la mañana y por la noche, porque solo le importaba Nela», poniendo incluso su propia jaula.

Dos rescatistas en el momento de poner a salvo a Nela, después de muchos días de vigilancia. GRA

Al final, el día 31 de julio, después de muchas horas de acecho y otras tantas de paciencia, Nela entró en la jaula y pudieron encerrarla. De ese rescate formaron parte directa Pilar, de GRA, y Laia, voluntaria de Morada Animalista de Orpesa, junto a Marian por iniciativa particular, dedicaron su tiempo y dedicación a hacer posible este desenlace.

Ahora, la perra está con Pilar Siurana, que la tiene en acogida. Asegura que «falleció nuestra Tanca y esto me ha dadoa un poco de esperanza». Además, «quiero enseñarle que no todo es malo».

Esta historia ha trascendido, pero otras como esta sobre la dedicación de quienes velan por los animales perdidos o abandonados podrían contarse por decenas cada semana. Un compromiso altruista que no solo ayuda a los perros, los principales benefectores de su labor, sino también a los ciudadanos, porque un animal perdido puede provocar accidentes.