J. Antequera, Castelló

La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha desestimado la denuncia que interpuso el investigador y periodista Antonio Toscano contra una supuesta red de pederastia que estaría operando desde hace años en la Comunidad Valenciana.

Toscano, que llevó el caso a los tribunales tras ser supuestamente amenazado y agredido por los integrantes del grupo, mantiene que una red de pederastas de corte satánico actúa en la provincia, desde el año 97, bajo la tapadera del narcotráfico y la trata de blancas. Según el investigador, los integrantes de esta banda captaban a niños en un bar de Benicarló y en una masía de Rosell.

El Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional decretó el archivo provisional del caso en un auto de 4 de marzo de 2005 y ahora la sala de lo penal confirma esta decisión al desestimar el recurso presentado por los abogados de Toscano.

Según la sección tercera, la decisión de decretar el sobreseimiento provisional de las actuaciones se considera «ajustada a derecho, pretendiendo el denunciante con su denuncia abrir una nueva vía jurisdiccional al acudir a la Audiencia Nacional, sin que exista ningún vínculo competencial para atribuir su conocimiento al citado órgano jurisdiccional».

En el fondo, lo que recuerda la Audiencia Nacional es que no es competente para conocer del caso. Cabe destacar que otros juzgados de Valencia y de Castelló ya se han pronunciado en contra de la denuncia con anterioridad y una reciente investigación judicial ha sido archivada en los juzgados de Vinaròs este mismo año.

El auto que resuelve el recurso de apelación se apoya en el informe que el 15 de febrero de 2005 remitió la Dirección General de la Policía al Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional, donde se comunica al titular de este órgano judicial que la Policía Judicial de la Guardia Civil adscrita a la Audiencia Provincial de Castelló ya investigó en su día, por orden y supervisión de la Fiscalía, la supuesta trama de pederastia denunciada por Antonio Toscano, en la que se cometían «incluso secuestros y asesinatos» de niños. A lo largo de esta investigación policial y judicial los agentes no han podido constatar, de momento, la existencia de red organizada alguna.

El 23 de enero de 2000, Antonio Toscano, estudioso de las sectas desde hace ocho años, concedió una entrevista a Levante-EMV. En ella, el investigador y periodista aseguraba que en los últimos tiempos se ha instalado en la Comunidad Valenciana hasta una veintena de sectas de esta tendencia, la mayoría en Valencia capital, y un buen número de ellas en los pueblos, bien ubicando allí su sede o bien desarrollando sus actividades esporádicas. De hecho, en este tiempo se ha duplicado la aparición de grafitis, los actos vandálicos y la profanación de tumbas e iglesias, especialmente en el entorno de Sagunto, donde recientemente se han localizado numerosos restos de misas negras.

Por los estudios de Toscano, puede deducirse que se trata de grupos con una estructura piramidal muy acusada donde el satanismo es la vía brutal por la que los adeptos se entregan totalmente al líder. Si antes eran generalmente personas con problemas mentales, nervios o manías, ahora los miembros de estas sectas son personas relacionadas con las drogas o de un gran poder adquisitivo, capaces de pagar cuotas de medio millón de pesetas al mes o de hacer donaciones millonarias en favor de la causa.

En Marbella, por ejemplo, opera la secta Satán Hispanis, que sólo admite a millonarios, como ocurre en La séptima puerta, el filme que Polanski rodó basándose en una novela de Pérez Reverte.