Las personas nos encontramos felices cuando alcanzamos con éxito un objetivo propuesto, lo cual facilita una visión positiva del entorno y un estímulo para proponer nuevas metas.

La Universidad de Harvard (EE.UU) publica estos días, en la prestigiosa revista Science, los resultados de nuevas investigaciones en torno a la felicidad. Tras estudiar a más de 2.200 individuos de 83 países, de edades comprendidas entre los 18 y 88 años, llegan a la conclusión de que la felicidad es disponer de una mente «enfocada» en lo que se está haciendo. En diferentes momentos del día y a través de una aplicación web diseñada para el teléfono iPhone se les preguntaba qué estaban haciendo en ese momento, cómo se sentían, qué pensaban y cómo eran estos pensamientos (agradables o no).

Los investigadores descubrieron que cuando las personas distraían su mente de las tareas que tenían delante, fueran o no del trabajo, eran menos felices, que cuando estaban concentrados en lo que tenían que hacer, y sabían porque lo hacían y que utilidad tenían esas tareas.

Los humanos disponemos de una habilidad, por el momento única en la vida sobre este planeta. Podemos dirigir nuestros pensamientos hacia cosas o situaciones que no están sucediendo en el presente. Incluso, podemos volver al pasado, recordar sucesos, imágenes, situaciones, imaginar cosas que no han ocurrido y que quizás nunca lo hagan, además de realizar tareas de planificación sobre el futuro. Pero desgraciadamente si esta habilidad extraordinaria no la utilizamos de manera adecuada, en el momento preciso, pagamos un precio; cuando pensamos en algo distinto de lo que estamos haciendo, las personas son menos felices. Luego, en lugar de utilizar esta habilidad cognitiva para nuestro beneficio y aumentar la felicidad, la mayoría de las personas la utilizan cuando no deben y esto les genera infelicidad. De hecho, los 2.200 participantes en el estudio pasaban el 47% del tiempo en que permanecían despiertos, distraídos, lo cual es sorprendente, y una gran pérdida de efectividad.

Pero ustedes se preguntarán, ¿en qué actividad nos mostramos más concentrados? La práctica del sexo es la circunstancia en la que nos encontramos más «enfocados», estamos a lo que estamos, así es la vida; sólo el 10% de la gente distrae su pensamiento en esos instantes. El estudio no entra en valorar si esto ocurre como estrategia de éxito o como cumplimiento marital simple. Le siguen en interés de concentración, de «enfoque» mental, y por lo tanto de más felicidad, la práctica de ejercicio y la conversación. Y entre las tareas que menos felicidad nos ofrecen, según este estudio, está el descanso (siesta o nocturno), el trabajo y especialmente los ordenadores.

Después de todos estos resultados, que hablan en definitiva de los poco efectivos que somos para ser felices, los distraídos se entretenían corticalmente, un 43% con temas agradables (vacaciones, viajes…), un 26% con temas desagradables (problemas de relaciones personales o financieros), y el 31% restante tenían pensamientos que los investigadores calificaron de neutrales.

La felicidad en las malas noticias

Los estudios sobre la felicidad son sorprendentes, como acabamos de ver, y finalizo este artículo con otro estudio en la misma sintonía «sorpresa». El trabajo aparece en la revista Journal of Communication y concluye que las personas mayores prefieren leer noticas negativas sobre los jóvenes, y que se sienten bien al hacerlo. Cuando los mayores (de 50 a 65 años) dedicaban más tiempo a leer noticas malas sobre la gente joven, mayor tenían su autoestima. El análisis realizado en la Universidad de Ohio también escudriño si los jóvenes (de 18 a 30 años) se sentían más felices cuando leían noticias negativas sobre los mayores, y el resultado fue claro: los jóvenes no tienen ningún interés especial en este tipo de noticias, ni las que protagonizan los mayores ni por las de otros grupos de edad.

Los investigadores demuestran en su estudio que las personas no son neutrales a la hora de procesar la información, al contrario, parten ya con numerosos perjuicios a la hora de seleccionar donde detendrán la mirada en un periódico, por ejemplo, y que leerán. Y explican que quizás esta respuesta de los mayores contra los jóvenes se deba a que la sociedad valora mejor a los jóvenes que a los mayores, a los cuales les otorga un estatus social inferior. Ya lo dicen unos cualquier tiempo pasado fue mejor, y otros que el pasado es un rollo, tío.

En definitiva, comenzamos a saber cómo procesamos la información y cómo tomamos las decisiones. Que usted lo enfoque bien.

La adversidad nos hace más fuertes

Las experiencias adversas, siempre y cuando no sobrepasen cierto límite, parecen fomentar la adaptabilidad y la capacidad de recuperación posterior, con las correspondientes ventajas para la salud mental y el bienestar. Esto es lo que afirma un estudio de las Universidades de Nueva York y de California publicado en Journal of Personality and Social Psychology. En el proyecto se examinaron personas con experiencias adversas en la vida, y sus índices de salud mental y bienestar posteriores. Las investigaciones anteriores indican que la exposición a situaciones adversas en la vida normalmente predice efectos negativos posteriores sobre la salud. Pero en este estudio los investigadores descubrieron que quienes estuvieron expuestos a algunos sucesos adversos resultaron disfrutar posteriormente de una mejor salud.