Paco D. Ausina, Massamagrell

El fraile capuchino del barrio de la Magdalena de Massamagrell, Pedro Enrique Rivera, afirma que el solar propiedad de la iglesia que el consistorio quiere expropiar «vale más de 1,5 millones de euros» y que «con el dinero que se ofrece -650.000 euros- no hay para nada». Además, considera «de mal gusto» que la oposición presente una moción por urgencia para iniciar el expediente de expropiación del terreno de 1.260 m2 calificados como equipamiento socio-cultural y que el párroco pide que se recalifique como urbanizable.

Rivera se basa en una tasación en la que dicho solar, en caso de que se modificara el PGOU y se diera vía libre para construir, superaría el precio del millón y medio de euros, aunque se mantiene firme en su intención de no venderlo mientras no sea urbanizable.

Pese a que la oposición, formada por PSOE, IEM, EU y Bloc, cuentan con mayoría absoluta y aprobaron en solitario el proceso de expropiación, Pedro Enrique Rivera afirma que «no habrá acuerdo. No quiero vender el terreno al pueblo, lo que hay que hacer es recalificarlo y venderlo a un particular para con ese dinero invertirlo íntegramente en la nueva iglesia, los salones socio-culturales y la casa parroquial». El fraile exige ver el informe técnico en el cual se valora el terreno en 650.000 euros. «Me parece muy mal -insiste Rivera- sacar este tema en el día de duelo tras el incendio en la residencia San Lorenzo de Brindis. Se deberían haber esperado, no es una cuestión a vida o muerte, más cuando yo ni siquiera estaba en Massamagrell para poder apoyar a los vecinos de la Magdalena».

Según Pedro Enrique Rivera «me parece mal aprovechar mi ausencia», aunque recalcó que lo importante es que «se pueda construir los salones y la nueva parroquia que fue donada en los años 70 por una Fundación expresamente a los vecinos del barrio de la Magdalena para construir un complejo parroquial».

En este sentido, el sacerdote dice que «es una burla a los vecinos querer expropiarles el terreno donado», pues a su juicio, «no hay ninguna operación especulativa, sino que simplemente se trata de recalificar para vender a precio de mercado y obtener el dinero suficiente, sin que salga de las arcas municipales para llevar el proyecto a buen puerto, sería una inmoralidad».

Rivera recuerda su postura inicial y dice que «no puedo ser incoherente, con lo cual no habrá acuerdo para vender» y según matiza «lo que único que se está consiguiendo es hipotecar la posibilidad de que en la Magdalena se pueda disfrutar de unos salones socio-culturales y de la parroquia nueva».