B. Micó/J. M. A., Gandia

Que la familia Borja tuvo un gran peso en la Europa del siglo XV es algo ya conocido: Sus dos Papas, sus ducados o los matrimonios que crearon importantes alianzas son aspectos muy estudiados. Pero los efectos del poder de esta familia dejan episodios desconocidos por muchos. Un claro ejemplo es el que defienden expertos Ximo Company o el escritor José M. Borja, quienes aseguran que los rostros de la composición de La Piedad de Miguel Ángel están inspirados en el duque gandiense Joan Borja y su madre, Vanozza Catanei.

El polifacético José M. Borja asegura en su obra El esplendor de los Borja, recientemente publicada, que tras la muerte de Joan de Borja, para muchos el hijo predilecto del entonces Papa Alexandre VI, el cardenal francés Jean Villiers encargó al artista Miguel Ángel el grupo de la Piedad. En su confección y según Borja, el artista inmortalizó los rostros de dos de los seres más queridos por el Papa: su hijo Joan y Vanozza. De este modo, quedaron inmortalizados para admiración de futuras generaciones.

Discípulo de Batllori

Por su parte Ximo Company, catedrático de Historia del Arte de la Universitat de Lleida, especialista en pintura de los siglos XV y XVI, y uno de los principales estudiosos de los Borja -no en vano fue discípulo del padre Batllori-, explica que "el Papa Alexandre VI llevaba meses encerrado y no comía ni salía de sus aposentos, tras la muerte de su hijo Joan. Basándonos en los textos de Mario Menotti (1917) sobre los Borja, aparece esta hipótesis. Él hurgó en la fisonomía de los dos protagonistas de la obra de Miguel Angel y de Joan de Borja y Vanozza y parece que todo entra dentro de la lógica".

Así, Company apunta que el encargo del embajador francés en la Santa Sede -Jean Villiers, además amigo del Papa- vendría dirigido a paliar el dolor del Papa y, por ello, el arista tomaría como referencia los rostros de sus seres más queridos- "No existe documentación que atestigüe que esto es así, pero las asociaciones nos llevan a pensarlo. Hay que recordar que Joan era el capitán general de los ejercitos pontificios".

Paralelamente Company resalta la aplicación "del concepto neoplatónico de la pureza, que es fundamental en la formación de Miguel Angel, y que explica, desde el concepto de pureza, la imagen de la Virgen, idealizando el rostro de Vanozza. Es una visión idílica e ideal, de ahí que las figuras de la madre y el hijo no se ajusten a la edad real que deberían tener una madre y su hijo".

El segundo duque de Gandia, Joan de Borja, fue enterrado inicialmente en Santa Maria del Popolo, en Roma, aunque más tarde su viuda, María Enríquez, consiguió la autorización del Papa Julio II para que los restos de su marido -y los de su hermano Pedro Luis- reposaran en la Seu de Gandia.

Este es uno de los muchos aspectos tratados en el libro del gandiense Borja. El autor se remonta hasta los orígenes de la familia en la localidad aragonesa de Borja. El repaso comienza centrándose en la vida del primero de los Papas: Alfonso Borja, conocido como Calixto III.

Un Papa que dejó huella

El segundo personaje analizado es Rodrigo Borja, más conocido por su nombre papal, Alexandre VI. Su vida fue tan apasionante como fuera de lo común. Un Papa con hijos, con una presunta amante, que ascendió al poder en un momento culturalmente muy importante y que llevó a su familia a su cénit a nivel europeo. El libro habla de su papel en la unión definitiva de España con su apoyo al matrimonio de los Reyes Católicos.