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Tan valiosa como el edificio es la pintura que decora sus bóvedas, paredes y columnas. Frescos realizados por el prestigioso pintor suecano Alfredo Claros, discípulo aventajado del maestro Joaquín Sorolla, y por el también pintor y artista fallero de Benifaió Regino Mas.

También estas pinturas requieren de una intervención urgente para recuperar su esplendor original. Las humedades, el humo y la aplicación de barnices han velado los murales que, según los casos aparecen ennegrecidos o recubiertos de una capa blanquecina. Asimismo, orificios, desconchones y grietas recorren las paredes sobre las que están pintados los frescos. Las pinturas murales ocupan las tres salas principales del Ateneo. El techo del vestíbulo está decorado con escenas florales realizadas por Regino Mas que evocan el estilo romántico y decorativo del noucentisme catalán. La bóveda central y la sala del fondo son obra, sin embargo, de Alfredo Claros.

En la parte posterior, en una bóveda circular, se representa a Neptuno y otros elementos mitológicos. En la sala del fondo, unos valiosos murales, también de Claros, representan el proceso de cultivo y recogida del arroz.

Cuatrocientos socios de más de setenta años

La Junta de Socios del Ateneo Sueco está preocupado por el futuro de la sociedad, nacida a finales del siglo XIX. "Ahora somos unos 400 socios y todos de setenta años en adelante... Los jóvenes no se apuntan", lamenta el presidente, Toni Crespo. El panorama es similiar para los otros casinos históricos de Sueca, el de La Lealtad y el de Caza y Pesca.