Los responsables de un hotel de l'Eliana encontraron la pasada semana un destino a las decenas de almohadas de las que querían deshacerse por la reforma de su negocio. A pocos metros de allí está el bosque de la Vallesa, dentro del Parque Natural del Túria, un lugar, debieron pensar, tan bueno como cualquier otro para depositar basuras y escombros sin tener que pagar ni un euro a cambio.

El punto del monte elegido por los dueños del hotel para deshacerse de las decenas de almohadas con espuma altamente inflamable fue un recodo de un camino flanqueado de arbustos secos y situado a escasos metros de los transformadores de la subestación eléctrica de l'Eliana. Por suerte, la Policía local de este municipio detectó el vertido, advirtió a los responsables y las almohadas fueron retiradas poco después.

Pero los arbustos secos se han quedado. Y no sólo en el lugar en el que estaban los enseres sino que prácticamente ocupan la parte de la Vallesa que linda con la subestación. Un paisaje muy parecido al que ha protagonizado durante las últimas semanas varios incendios en la Comunitat Valenciana. Zonas rústicas con abundante vegetación seca y con núcleos habitados cercanos.

Pero en este caso con el añadido de tener al lado una gran instalación dedicada a la transformación de energía, con 200 torres de alta tensión y quince líneas eléctricas. Las mismas líneas que a unos metros de allí han obligado a talar cientos de pinos para evitar, precisamente, que la caída de chispas provoquen incendios.

La subestación se creó en 1965, antes de que quedase rodeada por chalés en tres de sus cuatro lados, y a día de hoy su desmantelamiento no está en la agenda inmediata de nadie, excepto de grupos ecologistas y vecinales.

Pero el cuidado de sus alrededores sí que está contemplado, o así al menos lo señalaban fuentes de Red Eléctrica Española (REE), responsable de la subestación, quienes aseguran que la limpieza del monte lindante con las instalaciones se coordina con los responsables del parque natural y con la Generalitat.

El problema, según Javier Belmonte, presidente de la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Túria, es que no hay coordinación entre las instituciones y organismo relacionados con el Parque del Túria y que, a día de hoy, todos los acuerdos al respecto tomados son "papel mojado", incluido la limpieza del paraje o el plan antiincendios que aún no se ha desarrollado.

Por el momento, según Belmonte, ecologistas, vecinos e instituciones han planteado el riesgo de incendio que supone la presencia de una planta eléctrica de estas características al lado de un bosque. Pero el presidente de la Coordinadora reconoce que todavía nadie se ha planteado que sucedería al contrario: si un incendio en la Vallesa llegase a la subestación. Por el momento, y por suerte, esto aún no ha ocurrido.

Cámaras, alarmas y

distancia de seguridad

Aunque el Parque Natural del Túria aún no ha desarrollado su plan antiincendios, la subestación eléctrica de l'Eliana, como cualquier otra, sí tiene su propia guía para prevenir el fuego en sus instalaciones. Según REE, las instalaciones de l'Eliana mantienen una distancia de seguridad homologada entre las torres de alta tensión y la zona boscosa, con suelos de piedra para evitar la extensión de las llamas. También hay cámaras perimetrales cuyas imágenes llegan a la central de Madrid desde donde, en caso de detectarse alguna anomalía en los alrededores, se daría aviso a l'Eliana y allí se valoraría la importancia del mismo para alertar a las fuerzas de seguridad v. c. m. l'eliana