?

No hay mal que por bien no venga. La crisis agrícola, el aumento de las explotaciones abandonadas y, sobre todo, el menor uso de abonos y fertilizantes en los campos de cultivo ante la dificultad de hacer rentables las cosechas ha tenido un efecto beneficioso en las aguas subterráneas de la Ribera. La concentración de nitratos en el agua potable registrada en los últimos meses es menor que la de años anteriores. Lo han detectado los técnicos de Salud Pública del departamento comarcal.

Las abundantes lluvias de los meses de invierno y primavera, que han permitido recargar los acuíferos, también han ayudado. A más agua, la concentración de nitratos se diluye y su presencia en la red de abastecimiento humano es mucho menor. También ha ayudado que los abonos son ahora más selectivos en las sustancias que incorporan e incluyen menos cantidad de nitratos que hace años.

Por ello, si durante 2009 hasta 15 poblaciones de la comarca registraron algún boletín negativo con declaración de agua no apta para consumo humano en los estudios del Ministerio de Sanidad y Consumo, en los últimos datos la situación ha mejorado. Ahora sólo siete poblaciones superan los 50 miligramos por litro que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) como máximo recomendable. Algunas localidades superan esta cifra levemente como Alzira (51) o Algemesí (58).

Se trata, sin embargo, de cantidades que los técnicos del departamento de Salud Pública consideran muy moderadas y que no afectan a la salud de las personas. Incluso en el caso de Alzira, en los últimos meses la concentración de nitratos ha estado por debajo de los 50 miligramos por litro, igual que Cullera, que en el último control, del pasado 10 de mayo, registraba 50 miligramos.

En cambio, poblaciones como Llaurí o Favara sí acumulan concentraciones importantes al superar los 100 miligramos por litro de cifra media, obtenida a partir de los controles de 2009. Por debajo de estos datos están municipios como Carcaixent (70), Corbera (66) o Sueca (65,5).

La situación ha mejorado salvo la zona de Llaurí, Favara y Corbera, donde el suministro de la montaña tiene una calidad más baja. Poblaciones que hace años llegaron a los 400 miligramos como Alginet han encontrado solución en tratamientos de ósmosis inversa.