Un año más, la localidad de Serra cerró su ya tradicional Feria de la Calderona con el Día de la Cereza. Más de 5.000 personas se acercaron hasta la calle de San José para recoger una de las miles cestas de cerezas que se repartieron a partir de las 12 de la mañana.

Hizo falta menos de un hora para que los más de 1.000 kilos de cerezas (unas 4.000 cestitas) se agotaran. Las calles del pueblo se llenaron de gente que hacía cola para recibir una ración de esta fruta típica de la zona. Presentada en unos recipientes de plástico, adornadas con romero y un lacito morado a modo de regalo, la entrega de las cerezas supone un reclamo para dar a conocer el pueblo.

Como comentaba la concejal de Fiestas y Servicios Sociales del municipio, "promocionamos la fruta autóctona y el pueblo. Viene mucha gente, se llevan un buen recuerdo y casi siempre vuelven".

Gente de Moncada, Mislata, Valencia o Albalat del Sorells, entre otros, se acercaron a disfrutar del ambiente festivo de la localidad. "Me he enterado de que era la fiesta de las cerezas y me hacía ilusión venir. Hay mucha gente, es muy interesante y el pueblo está muy bonito" comentaba una de las visitantes.

Además del reparto de cerezas, durante el fin de semana los que han pasado por la localidad han podido disfrutar de talleres artesanales organizados por las distintas asociaciones del pueblo, visitas guiadas, música en vivo de la mano de la Sociedad Musical La Primitiva de Serra o un mercadillo de productos artesanales formado por más de 60 puestos.

El sábado, más de 90 dolçainers y tabalers de toda la Comunitat Valenciana se juntaron y amenizaron la fiesta tocando en grupos por las calles del pueblo durante toda la mañana. Además realizaron un pequeño concierto en uno de los parques de Serra. Por la tarde, los más pequeños pudieron disfrutar de la actuación del Mago Vicent y por la noche, la fiesta concluyó con un concierto del cantautor cubano Carlos Sosa.

El domingo, tras la visita cultural por el núcleo de la población, los feriantes realizaron un espectáculo con zancudos y malabares. "Se trabaja bastante, pero se queda un buen sabor de boca cuando la gente sale diciendo que les encanta Serra" aseguraban ayer desde la organización de este fin de semana de la Fiesta de la Calderona.