Las protestas vecinales por uos badenes peligrosos, elementos que causan problemas en los vehículos en muchas poblaciones de la Comunitat Valenciana, causaron el efecto esperado. Poco más de tres horas. Eso es lo que duró la apertura de la calle Valencia de Silla tras varios meses de obras por las actuaciones de pluviales. El pasado viernes se volvió a abrir al tráfico una de las principales arterias del municipio. Por muy poco tiempo. Varios coches "se dejaron los bajos" en el badén que presenta una pronunciada inclinación, ubicado en medio de la calzada. La idea de este tipo de elementos es obligar a los conductores a reducir la velocidad en determinados tramos -este resalte está justo antes de un paso de peatones- pero, en este caso, "no es que los coches vayan más despacio, es que simplemente no van porque no pueden subir el escalón", coinciden los vecinos.

La calle estuvo abierta menos de cuatro horas, pero ya existen denuncias de conductores que han dañado su turismo al intentar franquear el badén, según confirmó ayer la Policía Local. El Ayuntamiento de Silla mantiene que el cierre precipitado de la calzada se debe "a la falta de señalización", pero durante la mañana de ayer, no hubo ni un solo vecino que apuntara a esa causa, sino a la "imposibilidad de sortear el obstáculo". Las marcas de rascones que han dejado los coches, todavía son visibles en el resalte. Según testigos presenciales, "un motorista que intentó subirlo, se cayó y se ha partido la boca". Josefina Gómez, vecina de Silla, opina que "hay que terminarlo más suave" porque es "un peligro urbano, ni más ni menos". Hubo quien, como Luis Roberto, lo calificó como "vergonzoso", y también quien se temió "lo peor" si "de nuevo tienen que abrir la calle para repararlo".

El resalte en cuestión separa los dos niveles que presenta la calle Valencia. María Ángeles Hurtado se pregunta que "si el escalón es para frenar la velocidad, entonces una vez que se ha pasado, ¿ya se puede correr por el resto de la vía No tiene sentido", asevera. Antonio Sánchez trabaja en la construcción y opina que el peculiar badén "está fatal". Él mismo calcula que "tendrá una inclinación de 120º, cuando debería tener 60º o 45º". La concejala de Urbanismo de Silla, Lara Zaragozá, mantiene que el resalte "entra dentro de la normativa".