La desalinizadora de Xàbia debía vender agua al por mayor a todos los municipios de la Marina Alta, pero ahora se ha convertido en un lastre para las cuentas de la empresa municipal de suministro de agua, Amjasa. La junta general de Amjasa, presidida por el alcalde, Eduardo Monfort, y que tiene la misma composición que el pleno, aprobó ayer con los votos a favor del equipo de gobierno (Bloc-Centristes, PP y CpJ) las cuentas de la sociedad pública. Por primera vez desde que se constituyó a finales de los 70, Amjasa cierra un ejercicio con números rojos.

Las cuentas de 2009 arrojan 766.000 euros de pérdidas. El propio interventor municipal admitió que, aunque se reduzcan los gastos, la empresa puede entrar en situación de quiebra en 2011. No obstante, también apuntó que, al tener el monopolio del agua en Xàbia, siempre puede salir del atolladero económico por el camino más fácil, el de subir las tarifas.

De hecho, al menos los partidos del gobierno local se inclinan por esa fórmula. "El consejo de administración ha hecho la reflexión de que es la única alternativa. Pero, de momento, no vamos a subir las tarifas", aclaró el alcalde.

El PSPV, que rechaza de plano la subida de tarifas, y Nueva Jávea votaron en contra de las cuentas de 2009. Mientras, el concejal del grupo mixto, Óscar Antón, se abstuvo. El portavoz socialista, José Chulvi, achacó las pérdidas "a la falta de planificación, previsión y provisión; en resumen, a la mala gestión". Calificó de "barbaridad" que mientras en 2008 Amjasa registró 85.000 euros de beneficios, ahora sufra 766.000 euros de pérdidas. "La diferencia es de 852.000 euros", criticó Chulvi.

Los números rojos son consecuencia de la caída en la facturación de agua (hay menos consumo), el frenazo de nuevos abonados, el encarecimiento de la energía eléctrica y los elevados costes de la desalinizadora. A la empresa concesionaria de la planta, Amjasa le paga tres millones de euros al año de canon fijo, así como un porcentaje variable por el consumo. Una posible medida para abaratar este coste es ampliar el periodo de concesión. Pero la empresa municipal maneja también otra opción: parar puntualmente la desalinizadora.

El alcalde reveló ayer que estaba a punto de firmar un contrato para vender agua al consorcio de Benitatxell y Teulada. Sin embargo, la lluvia ha recargado los pozos y a estos municipios ya no les urge comprar agua. Curiosamente, la lluvia juega en contra de la desalinizadora. El negocio de vender agua a otros pueblos y la posibilidad planteada hace años por el Ministerio de Medio Ambiente de hacer esta planta comarcal se han ido al traste. La desalinizadora, que ahora puede producir 26.000 metros cúbicos de agua al día (si se amplía puede llegar a los 42.000 m3), está desaprovechada.

Además, la empresa ha dejado de ingresar al año por nuevas acometidas 650.000 euros.