El Juzgado de Instrucción número 1 de Massamagrell ha condenado a una vecina, propietaria de un restaurante en la zona de la playa, a pagar una multa de 240 euros como autora de una falta de injurias por los insultos que, por vía telefónica, realizó contra la alcaldesa de la localidad, Natividad García. Según consta en la sentencia, que no es firme, y a partir del testimonio de policías locales, la empresaria contactó con una patrulla y profirió expresiones como "estoy hasta los huevos de esa puta. minifaldera -refiriéndose a la primera edil-, que lo único que sabe es llevar minifalda y no se ocupa de los problemas que sufren los comercios".

Los hecho probados sucedieron el 12 de diciembre de 2009 cuando, según recoge el juzgado, la denunciada llamó a la policía "afectada por un gran estado de nerviosismo debido a los problemas de alcantarillado en su negocio". Y es que, tal como recogió este periódico días después de aquella llamada, la empresaria denunció el abandono al que el consistorio sometía a los comercios de la playa y las inundaciones de aguas fecales por la falta de limpieza de los imbornales.

La sentencia señala que la vecina exigió a los agentes poder hablar con la alcaldesa, pero que en un momento dado comenzó a proferir insultos como las anteriores o "voy a llamar a la prensa y voy a montar un espectáculo que se va a enterar esa guarra; voy a conseguir que la tiren del ayuntamiento porque lo único que sabe es llevar minifalda". Ante la negativa de la policía de facilitarle la conexión con García, la restauradora continuó avisando de que "ya que no queréis que hable con la puta esa, quiero que me deis su dirección, porque voy a ir personalmente a su casa y se va a enterar. Voy a hacer lo que tenga que hacer, y me da igual sí me detenéis o si tengo que ir a la cárcel, pero una hija de puta minifaldera no me va a hundir el negocio".

Ante el juez, la denunciada negó haber efectuado una llamada con este contenido, pero sí manifestó sentirse "muy molesta ya que su local (...) sufre problemas que el ayuntamiento no se encarga de resolver". Por su parte, uno de los agentes que recibió la llamada testificó que sabía que era la empresaria la que estaba llamando "porque la conocen y porque se identificó claramente como tal, y como la propietaria del restaurante". También testificó otro agente ya que escuchó la conversación al estar conectado el manos libres.