El Ayuntamiento de Meliana ha decidido acabar con el abandono que sufre el "palauet" de Nolla, el inmueble residencial vinculado a la antigua fábrica de mosaicos, que tuvo repercusión internacional a finales del siglo XIX y principios del XX. Por ello y tras diversas denuncias por el deterioro que sufre el edificio, el consistorio ha contratado a un equipo multidisciplinar de expertos que ya trabajan en la elaboración de un plan director y de usos. El objetivo es restaurarlo por fases en el próximo mandato municipal.

El equipo se ha organizado en tres vertientes. Por un lado, el profesor Daniel Benito Goerlich lidera la sección que se encargará de documentar la historia y la arquitectura industrial, en el que también se incluye a Albert Ferrer. Por otro, Xavier Laumain coordina al grupo de arquitectos que también integran Ángela López Sabater y Francisco Cervera Arias. Su función es determinar el estado del edificio, las patologías que padece y la intervención material necesaria para preservarlo. Además, el director del Museo Nacional de Cerámica, Jaume Coll, encabeza el de los expertos en todo el patrimonio cerámico y la ornamentación del inmueble.

Los trabajos comenzaron hace semanas y, por el momento, ya se han definido dos intervenciones "de urgencia": la consolidación de la cubierta y la reparación de unos elementos añadidos a la fachada. Según explica Xavier Laumain, a raíz de este diagnóstico inicial, se pedirán las primeras ayudas.

Respecto a la situación general del edificio, Laumain explica que "está en muy mal estado" por décadas de abandono de sus propietarios privados -las empresas que compraron la propiedad a Nolla- y del consistorio, al que se cedió el "palauet" a principios de los 90. "Aún faltan las conclusiones sobre el estado de las estructuras de forjados, que determinará el coste de la obra y las fases", añade el experto. Sobre los usos, el grupo opina que podría combinar el museístico con otro más de carácter social aunque prefiere que se realice algún tipo de consulta ciudadana para "hacer partícipes a los vecinos en el proceso".

El "palauet" de Nolla tiene su origen en una alquería del siglo XVII, aunque fue a finales del XIX cuando Miquel Nolla Bruixet, bisabuelo de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberà, construyó a su alrededor la fábrica de mosaico que abasteció durante décadas a las grandes casas y palacios de Europa. El inmueble ejerció de hospedaje para los clientes más destacados, por lo que fue ornamentado con las composiciones de mayor calidad y más avanzadas de la época que salían de la empresa, a modo de catálogo vivo. La fábrica llegó a tener más de 400 empleados, la mayoría vecinos del municipio.