Los baños de Julia, de cuatro años, ya no son lo mismo desde que el agua de la ducha sale helada. "Yo tirito", comenta la niña con desparpajo. Ella es la pequeña de una familia de siete hermanos de la Pobla de Vallbona que lleva cinco días duchándose con agua fría porque la compañía de gas le ha retirado el contador después de que los padres se retrasaran en el pago de la última factura que asciende a 191,76 euros. "Nos devolvieron un recibo porque no había suficiente dinero en el banco y nos llegó un aviso de la compañía del gas donde nos decían que se nos retiraría el contador si no pagábamos", relata la madre, María Teresa Tarodo, con los papeles en la mano. Según figura en los documentos, la familia tenía como plazo para abonar la deuda "los próximos cinco días hábiles" con el fin de "evitar el extremo" de retirarle el contador. Ante tal panorama, María Teresa asegura que ingresó el dinero el día después y envió un fax con el justificante, tal como le pedían desde la compañía. "Pero como no me quedé tranquila, llamamos para confirmar telefónicamente que se había solucionado", señala María Teresa, quien mantiene que le aseguraron que "todo estaba correcto".

La sorpresa fue mayúscula cuando María Teresa se metió en la ducha "y no tuve más remedio que dar un grito cuando me cayó el agua helada", recuerda. Fue entonces cuando descubrió que su contador de gas había desaparecido. "Mis hijos me dijeron que habían visto a dos hombres tocando algo fuera de la casa, pero creyeron que sería algún asunto del vecino", explica.

María Teresa Tarodo decidió entonces ponerse en contacto con la compañía para explicar que, "no sólo había pagado dentro del plazo, sin que lo hice 24 horas después y envié el fax al día siguiente". La empresa "reconoció que había sido un error", pero el contador no llegaba. De hecho, todavía está el hueco, ya que, tras mucho insistir "me dijeron bien clarito que no me iban a poner el contador y que, por si fuera poco, tenía que volver a darme de alta", lo que supone pagar de nuevo.

"No estoy dispuesta a acatar como corderito", aseguró Mª Teresa visiblemente frustrada e indignada, por lo que piensa explicar su caso ante la Organización de Consumidores, el Defensor del Pueblo y "hasta en Moncloa si hace falta". Mª Teresa, que trabaja en limpieza doméstica, se muestra implacable: "pago a precio de oro el servicio del gas para que encima me lo nieguen", lamenta.

Este periódico intentó ponerse en contacto con la compañía, pero no fue posible.

Una factura que asciende a 3.835 euros

No es la primera vez que esta familia de la Pobla de Vallbona tiene problemas con la compañía del gas. En julio del año pasado recibieron una factura de 3.835 euros. No era ningún error, sino la suma de todo el gas que había consumido durante los últimos cuatro años, tiempo durante el cual, los operarios de la empresa gasista no leyeron el contador ni una sola vez. En esos cuatro años, esta familia únicamente pagó la tarifa mínima: 15,89 euros cada dos meses. Sin embargo, les llegó de golpe el recibo con todo el gas consumido desde que se mudaron de casa. perola burbuja se pinchó cuando la compañía les notificó que la entidad financiera en la que tenían domiciliado los pagos había devuelto un recibo de 3835,73 euros. La realidad salió entonces a flote. La familia afectada pidió que les fraccionaran el pago porque "el error había sido de ellos". El matrimonio explicó entonces que ellos "querían pagar, pero necesitamos facilidades". En ese momento, María Teresa Tarodo se encontraba en el paro.