La imposibilidad de quemar la paja del arroz por la prohibición de las autoridades comunitarias ha provocado una nueva mortandad de peces en las acequias y canales de la Ribera Baixa. El efecto de la paja podrida que queda en los campos de arroz después de la siega ha provocado un otoño más que centenares de peces mueran ahogados por el gas metano que desprende la putrefacción de la paja cuando queda bajo las aguas.

Las especies más afectadas por esta situación son la llisa i la anguila, según explicó ayer el presidente de los regantes de Sueca, José Pascual Fortea, quien asegura que la mortandad es menor que otros años. Fortea defiende el sistema tradicional de la quema de la paja para evitar la muerte de los peces. Según otras fuentes, la mortandad de peces se extiende ya a la Bassa de Sant Llorenç de Cullera donde la falta de oxígeno en las aguas empieza a provocar la asfixia de numerosas especies.

Sin embargo, las lluvias menos abundantes que otros años han provocado que el desastre medioambiental sea menor, según explica Fortea quien señala que se está soltando agua en el coto de Sueca y en otros puntos para evitar que se produzcan más muertes de peces en las acequias de la Ribera Baixa y en la Albufera.

Las instituciones comunitarias mantienen desde hace años la prohibición de la quema para evitar problemas medioambientales, aunque los agricultores opinan que la medida es contraproducente. Los regantes admitían ayer que en algunos puntos el agua huele mal por el proceso de descomposición de la paja, que libera gas metano. Por ello, según explican, no se descarta que la mortandad de peces pueda ir en aumento en los próximos días o semanas. Según señalan, el problema del metano que deja la paja del arroz en el agua no desaparecerá hasta la primera quincena de noviembre. La junta de desembalse se reunirá en los próximos días y está previsto que se trate también este tema. De momento se está renovando el agua de los canales, lo que permite mayores aportaciones de oxígeno para evitar que se incremente la mortandad.