La Jefatura de Costas ha retomado los trámites iniciados hace más de un año para demoler los locales del paseo marítimo del Port de Sagunt cuyas concesiones están caducadas y la demarcación se niega a renovar por entender que son contrarias a ley actual. Ha dado dos meses al bar Lonja y al Plenamar para que derriben sus instalaciones; una decisión que ya ha abierto otra tormenta política entre la administración central y el ayuntamiento, justo después de sus recientes desencuentros por el nuevo deslinde al sur del término y los efectos del último temporal.

El alcalde, Alfredo Castelló (PP), anunció que se oponía a la medida. "Rechazamos este nuevo ataque, hecho con alevosía y nocturnidad por Costas. Es querer hacer un Kosovo en plena crisis económica, llenar el paseo de agujeros, destruir empleo y servicios de un zona turística sin dar alternativa", aseguró el presidente de la corporación. Además de adelantar que pedirá el pronunciamiento del pleno y del Consejo Económico y Social "para intentar evitar los derribos", insistió en que Costas ha dado estas órdenes de demolición "sin avisar al ayuntamiento" ni cumplir "el acuerdo tácito al que llegamos y respaldaron todos los portavoces municipales de no derribar mientras no hubiera plan alternativo".Castelló recordó que el ayuntamiento propuso sin éxito distintas soluciones para el paseo y defendió el traspaso de la gestión al Consell al consistorio, cuando se rechazó el plan global de Costas para regenerar la playas. "Nos dijeron que no. Muy bien, que propongan ellos, pero no puede ser que en la situación en todo el país, vengan a derribar. Creemos que al Casino no le ha llegado la orden, pero porque interpuso un contencioso-administrativo".

La Delegación de Gobierno hizo una lectura distinta y recordó que los dueños de varios locales del paseo "saben desde 2007 que sus concesiones caducaban y que no se pueden renovar por ser contrarias a la ley.