"La gente de Alcàsser es así". Con estas palabras explicó ayer el presidente de la Cooperativa agrícola San José de Alcàsser, Francisco Hernández Almudéver, cómo ha sido posible que la institución haya reabierto sus puertas para la actual temporada de cítricos cuando en enero de 2009 el almacén quedó completamente arrasado por un incendio provocado por un cortocircuito. El dirigente destacaba así el carácter emprendedor del sector agrario local y el valor del cooperativismo, al tiempo que recordaba aquella jornada del 9 de enero en la que el fuego "destruyó casi 100 años de historia".

La cooperativa reabrió ayer sus puertas de forma oficial, con un acto al que asistió el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, acompañado por la consellera de Agricultura, Maritina Hernández, y la alcaldesa Reme Avia. Socios y trabajadores celebraron una jornada semifestiva que simboliza un arranque de temporada que se presenta difícil. "El sector está en la UVI, hay que tener un poco de paciencia unos años", dijo Hernández. La reapertura ha costado casi nueve millones de euros ya que ha sido necesario volver a construir una nave de unos 13.000 metros cuadrados, y equiparla al completo "con la mejor tecnología y para dar respuesta a las necesidades de hoy". El seguro que tenía la cooperativa ha cubierto 5,6 millones. Para el resto, han contado con una doble ayuda de la Conselleria de Agricultura -para equipamiento y para la obra de la nave-, que suma a 2,8 millones. La institución ha aportado lo que quedaba.

El acto de inauguración estuvo cargado de discursos emotivos. Francisco Hernández recordó con lágrimas en los ojos que, tras el incendio, "se fue la ilusión" ya que las llamas se llevaron por delante "los ahorros de muchos años". "Entonces fue necesario poner en marcha la auténtica maquinaria de la cooperativa, que son las personas" para tomar la decisión de reconstruir el proyecto, dijo.

El nuevo almacén está dividido en tres secciones. En la de calibrado se seleccionan las clementinas por tamaño y color. La de mayores dimensiones es la de almacenamiento y maduración. La última parte es la de "confección" donde se empaquetan y dejan preparadas, según la solicitud del cliente. La producción de este año se exporta a toda Europa -especialmente a Alemania y Holanda-, así como a Estados Unidos y a Canadá.