Los vecinos de l'Atzúvia viven con el corazón en un puño. De tanto en tanto se produce una gran explosión en la cantera de l'Atzaïla, que está a escasos 300 metros del pueblo. Las casas se estremecen y una nube de polvo inunda el municipio. La última explosión ocurrió hace ahora una semana. El colectivo ecologista Gelibre exigió de nuevo ayer el cierre de esta cantera y denunció que carece de licencia ambiental y de actividad calificada. Gelibre recordó que los responsables de permitir las explosiones, así como la contaminación atmosférica y acústica, son el Ayuntamiento de Pego y las conselleries de Industria y Medio Ambiente.

Los vecinos de l'Atzúvia sufren a diario las molestias de la cantera. Gelibre indicó que el martes y ayer desde primera hora de la mañana hasta la noche no cesa el "ruido insoportable" del martillo que perfora la roca y la prepara para realizar una nueva explosión. Esa "matraca" también daña, según este colectivo, la estructura de las casas y la calidad de vida de los vecinos de l'Atzúvia.