La alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, aprovechó ayer su discurso de investidura para hacer un llamamiento a todos los concejales, tanto del gobierno -el PP disfruta de mayoría absoluta- como de la oposición, para que tengan altura de miras y den "ejemplo" a la gente que lo está pasando mal y, según dijo, espera de los políticos soluciones "y no esa crispación estéril que le aleja de nosotros". Bastidas destacó que la atención al ciudadano en sus "pequeñas-grandes necesidades cotidianas" va a ser la prioridad del nuevo gobierno junto al fomento del empleo, la excelencia en los servicios públicos y las políticas sociales" y no dejó pasar la presencia del movimiento 15-M, que recibió a los concejales con una pancarta que rezaba "Seguim indignats", para proclamar que el actual sistema, "aunque con imperfecciones, no nos indigna".

El movimiento 15-M y las alusiones a la República se colaron en la investidura ya que todos los grupos de la oposición abogaron por escuchar las propuestas de la calle e instaron al PP a corregir sus errores y evitar la prepotencia que, según el socialista Enrique Alborch, demostró en el último mandato. Tanto Diego Gómez (Compromís) como Iván Martínez (EU) hicieron un paralelismo entre el 15-M y la movilización popular de la II República e incluso Bastidas recurrió a un discurso que Emilio Castelar, presidente de la I República, realizó en Alzira para reclamar unidad, tras asegurar que desde el trabajo cotidiano "podremos encontrar ese consenso tan necesario".