Aunque el propio Plan Rector de Usos y Gestión del Parque Natural (PRUG) reconoce la existencia de estos enclaves, es decir construcciones que ya habían sido levantadas cuando se redactó la planificación, y se les reconoce su uso actual como discotecas, su futuro camina hacia el cambio de uso, reconocen desde el Ayuntamiento de Sueca. Éste pasa por convertirse en una gran área comercial, que podría ampliarse a toda el espacio conocido como la Llastra. En la zona de Chocolate, que hace años adquirió un empresario de la construcción, la posible modificación del uso del suelo estaría dirigida a la apertura de establecimientos en el ámbito de la restauración.

Foco de alteraciones

El ayuntamiento de Sueca no solo ve con buenos ojos ese cambio y ha alentado la negociación para cerrar lo que considera un foco de alteraciones por las quejas vecinales cada vez que abría la discoteca. También los rectores del parque natural han dado su beneplácito. El ayuntamiento lleva años quejándose de los efectos del botellón en muchas zonas, una de ellas la conocida como el Pouet, que han disparado los gastos de limpieza en la zona.

«Las quejas vecinales son brutales porque cada vez que abre Puzzle se concentran jóvenes en botellón que pueden comprar alcohol donde les venga en gana incluso si son menores. Acampan en zonas de apartamentos, se dejan el vidrio donde les viene bien, llevan la música a todo volumen, vomitan, hacen sus necesidades. Esto no podía seguir así», explican los vecinos de la zona.