Josefa Martí vive rodeada de cajas y maletas llenas de documentos jurídicos, actas notariales, copias de registros y antiguas facturas. Con 80 años, una memoria vivaz y un ánimo contundente, Pepita saca papeles y defiende su arraigo a la vieja vivienda de la calle Major de Mislata en la que reside desde 1941. Mientras, su marido Juan Cuesta apenas puede moverse de la cama en la que está postrado desde su última intervención quirúrgica. "Que vayan a por mí, pero ojo con que toquen a mi marido -exclama Josefa-. Ojo".

El desafío va dirigido a la Fundación Francisco Balbastre Arnau, que se alza como legítima propietaria de la casa en la que residen Josefa, Juan y la familia de uno de sus hijos. La fundación -civil, pero con el párroco de la Mare de Déu dels Àngels como patrono, y otro cura en la junta rectora- se declara heredera de un vecino fallecido en 1926 y que dejó todos sus bienes para crear y sostener un hospital para pobres y enfermos. La entidad asegura que quiere el edificio para montar un economato de Cáritas.

Ya en noviembre de 2008, y tras una denuncia de esta entidad creada diez años antes (y 72 años después de la muerte de Francisco Balbastre), un juez ordenó el desahucio del matrimonio de ancianos por impago del alquiler durante cinco años. Lo consiguieron gracias a dos recibos de 1967 donde Juan Cuesta figura como inquilino. Josefa y Juan se trasladaron a otra casa del mismo inmueble, una antigua "cambra" llena de humedad, con las paredes desconchadas y repletas de pintadas, con una pequeña cocina y sin cuarto de baño.

Pero desde entonces la fundación ha seguido recurriendo a los tribunales para que la pareja abandone también su actual hogar. El pasado junio acudió un agente judicial para ejecutar el desahucio, pero éste quedo paralizado al demostrar el mal estado de salud de Juan.

También Josefa ha pleiteado contra la fundación, primero para que fuera declarada ilegal (alegaba que ninguno de sus miembros fue nombrado en el testamento de su inspirador) y después para demostrar que la casa era suya.

Para ello, Josefa defiende que vive en el inmueble desde hace 70 años; que llegó a un acuerdo de palabra con uno de los albaceas de la herencia de Francisco Balbastre para adquirir la vivienda a cambio de hacer obras; que el sacerdote de Mislata se ofreció a pagar la contribución y el alcantarillado hasta que a partir de 1970 lo empezó a hacer la propia Josefa; que desde 1989 figura a su nombre en el Catastro; y que, por último, en 1997 un juez nombró propietario al matrimonio por "usucapión extraordinaria".

"Hemos ofrecido que se la queden en alquiler hasta que mueran"

José Alfredo Cremades es el párroco de la Iglesia de Nostra Senyora dels Àngels y patrono de la fundación Francisco Balbastre. Cremades defiende el desahucio de Pepita y Juan porque la vivienda no es de ellos. "Eso lo dice hasta una sentencia del Supremo", asegura el sacerdote. La idea de la fundación es montar allí el economato de Cáritas, aunque éste ya funciona en otro inmueble de Mislata que Balbastre incluyó en su herencia. "El actual es demasiado pequeño, necesitamos una casa más grande como la de la calle Major", afirma.

De todas formas, el patrono de la entidad asegura que se le ha ofrecido al matrimonio la posibilidad de vivir en su actual vivienda, pero no en propiedad. "Tendrían que pagar un alquiler y desalojar los otros dos inmuebles". Se refiere el sacerdote a dos de las cuatro casas en las que Pepita dividió el edificio hace ya varios años. Una de estas casas es de la que fueron desahuciados Pepita y Juan en 2008, la otra es en la que viven ahora, la tercera es un bajo en el que reside un hijo del matrimonio con su familia, y la cuarta es otro bajo donde éste montó un bar poco antes de que se creara la fundación que reclama el edificio. v. c. mislata